19.2.07

AGOSTO DE 1914. DESASTRE RUSO EN TANNENBERG




Paralelamente a la campaña occidental alemana tenía lugar el otro gran movimiento ofensivo planeado en tiempos de paz: el asalto ruso a Prusia Oriental, según disponía el "plan 19 modificado " elaborado por la Stavka en 1912. Esta región alemana formaba un entrante fronterizo al sur con la Polonia rusa y al este con la Lituania también rusa; por consiguiente, muy expuesta a una agresión.

FOTO. EL GENERAL SAMSONOV, COMANDANTE DEL 2º EJERCITO RUSO EN 1914

Los rusos cumplieron escrupulosamente sus compromisos de efectuar un rápido movimiento contra Alemania, para aliviar la esperada presión germana en el oeste. Hacia el 16 y 17 de agosto, dos ejércitos rusos, el 1º de Pavel Rennenkampf y el 2º de Aleksandr Samsonov cruzaron la frontera. Agrupaban a 40 divisiones (30 de infantería y 10 de caballería) y su objetivo inmediato era Königsberg, la principal ciudad  de Prusia Oriental y antigua sede de los reyes prusianos. A continuación, empujarían a los alemanes al curso inferior del río Vístula, hacía Danzig. Una vez logrado esto, el mando ruso barajaba incluso marchar sobre Berlín a través de Posen y Silesia.


En el plan Schlieffen, la fuerza  para la defensa de Prusia estaba reducida al 5% del total de efectivos militares. La proporción había sido elevada a más de un 10% por Moltke, en atención al incremento en la capacidad de movilización rusa.


FOTO. EL ZAR NICOLAS II SALUDA A OFICIALES RUSOS ANTES DE SER ENVIADOS AL FRENTE.

En particular, la rapidez inicial del avance ruso una vez  declarada la guerra sorprendió desagradablemente a los alemanes.

Su jefe en Prusia Oriental era el general de 66 años M. Prittwitz y formaban su estado mayor el general Waldersee, como jefe de del mismo, y el teniente coronel M. Hoffmann como jefe de operaciones. Tenían bajo su mando 13 divisiones (cuatro de ellas recién transferidas desde el frente Oeste) que componían el  8º ejercito alemán

Aunque Prittwitz era muy precavido (tal vez demasiado) y pensaba desde el principio en retirarse hacia el Vístula, el general H. Francois al mando del I cuerpo de ejército (compuesto por prusianos orientales no muy partidarios de abandonar su tierra al enemigo) se enzarzó en choques con la vanguardia del 1º ejercito ruso, primero en Stalluponen y más tarde en torno a Gumbinen. El resto de las fuerzas alemanas acudió en su auxilio; el 20 de agosto el XVII cuerpo de Mackensen combatió ferozmente en el centro de la línea de batalla y sufrió 8.000 bajas en solo dos horas, consiguiendo a duras penas escapar, si bien los ruso tampoco se fueron de vacío (17.000 bajas), pero mantuvieron su empuje. Prittwitz ordenó un repliegue total cuando el general Scholtz, jefe del XX cuerpo de ejército que había permanecido de guardia en la región meridional de Masuria le notificó que el 2º ejercito de Samsonov acababa de cruzar la frontera, y que se estaba viendo en apuros ante su acoso.

Ante el peligro de quedar atenazado entre el ataque convergente del 1º y 2º ejércitos rusos Prittwitz telefoneo a Moltke explicándole su decisión de refugiarse tras el Vístula y abandonar Prusia Oriental, y añadía que sin refuerzos tampoco seria sostenible la línea del Vístula. Este derrotismo condujo a la destitución de Prittwitz y Waldersee el 22 de agosto a pesar de que ambos habían sido convencidos a última hora por sus subordinados Hoffman y Francois sobre la posibilidad de contratacar a los hombres de Samsonov, que se movían muy lentamente debido al obstáculo natural de los lagos Masurianos y a su pésimo transporte a través de los senderos arenosos que los cruzaban. Por otra parte Moltke decidió enviar como refuerzo desde el Oeste al XI cuerpo de Reserva y la 8º división de caballería, aunque no llegarían a tiempo de intervenir.

Para dirigir el 8º ejército  fueron designados el general de 67 años Paul von Beneckendorff von Hindenburg y como su lugarteniente Erich Ludendorff, el flamante conquistador de Lieja. Ambos poseían una dilatada carrera. Hindenburg había pasado al retiro en 1911, pero se reincorporó solícitamente ante la petición de Moltke. Ludendorff, más joven (49 años) era un

FOTO. EL ESTADO MAYOR DEL VIII EJERCITO ALEMAN (HINDENBURG EN EL CENTRO, JUNTO A EL A LA IZQUIERDA, LUDENDORFF)


conocido técnico militar y había servido en el estado mayor de Moltke despachando frecuentemente con los funcionarios del ministerio de la guerra, aunque sus demandas de incremento del poder militar alemán en años anteriores habían parecido desaforadas a muchos. En 1913 pasó a comandante de un regimiento. Por sus méritos fue promovido de nuevo al alto mando y no defraudó, como vimos en Lieja. El nivel de confianza de Moltke en él queda patente en este escrito que acompañaba su nombramiento en el VIII ejercito: " Te ha sido otorgada una nueva y difícil tarea, quizás mas difícil que el asalto a Lieja (...) se que no hay otro hombre en quien yo tendría absoluta confianza (...) quizás puedas salvar la situación en el Este. Naturalmente no puedes ser cargado con la responsabilidad de lo que suceda aunque con tu energía puedas prevenir lo peor. Acepta esta nueva llamada, la cual es el mayor honor que un soldado pueda recibir. Se que no defraudaras la confianza puesta en ti ".

Hindenburg y Ludendorff se encontraron nada más tomar posesión el plan de Hoffman y Francois para enfrentarse al 2º ejército de Samsonov. Antes de la guerra se había teorizado sobre una acción contra los rusos en Masuria, aprovechando la ventaja de emplear los ferrocarriles de Prusia Oriental para concentrar las fuerzas alemanas contra alguno de las grandes unidades rusas. Por tanto el planteamiento de Hoffman era lógico y ortodoxo, e inmediatamente fue aprobado por la nueva jefatura. Así pues el redespliegue alemán fue inmediato, trasladando unos 150 kilómetros al I y XVII cuerpos de ejército a Masuria, ignorando al 1º ejército ruso.

FOTO. EXPLORADORES ALEMANES EN PRUSIA ORIENTAL VIGILAN LOS MOVIMIENTOS RUSOS. 

Los fallos rusos de coordinación se hicieron patentes. El 1º ejército permaneció estático en el entorno de Gumbinen mientras el 2º avanzaba penosamente en Masuria; a su alrededor, inadvertidamente continuaban apostándose cuerpos de ejercito alemanes (aquí el fallo correspondía a la exploración rusa de caballería y de algún aviador aislado, que comenzaban a emplearse en tareas de inteligencia). Naturalmente, el nuevo mando alemán asumía riesgos . ¡Tan solo una división de caballería obstaculizaba al 1º ejército ruso! El jefe ruso del frente Noroeste, el general Zhilinsky, tal vez demasiado alejado (su cuartel en Volkovysk estaba a 250 kilómetros de las fuerzas que dirigía) no acertó a coordinar sus diferentes unidades, demasiado absorto en el objetivo inicial de Rennenkampf, la conquista de Königsberg.

Aunque el 2º ejército  disponía de buen equipamiento, su utilización no era la más eficiente, tal vez por la falta de experiencia de Samsonov y su jefe de operaciones Potovski en la administración de un gran ejército (13 divisiones bajo su mando). Su frente se había extendido a lo largo de 100 kilómetros, excesivamente desplegado, debido a dos ejes de avance divergentes. Esa inexperiencia en los entresijos de una gran operación también era común entre los oficiales de menor escala, posiblemente por deficiencias en las maniobras de instrucción y las carencias en la formación teórica de las academias militares rusas. El primero en chocar con los alemanes fue el XV cuerpo del general Martos, que logro empujarlos unos 15 kilómetros . El día 23 de agosto Zhilinsky en los mensajes intercambiados con Samsonov, aun era optimista, confiando en la debilidad de los alemanes: " Avanzara enérgicamente para bloquear la retirada del enemigo apostado frente a Rennenkampf, y le cortará la retirada hacia el Vistula"
MAPA. MOVIMIENTOS DURANTE LA BATALLA DE TANNENBERG. OBSERVAR LA PROFUNDA IRRUPCION DEL I CUERPO DE FRANCOIS EN LA RETAGUARDIA RUSA Y EL EMBOLSAMIENTO FINAL DE LOS RUSOS.

Nuevos combates el día 24 de agosto se saldaron favorablemente a los rusos (4.000 bajas propias frente a 6.000 alemanas). Pero a partir del día 25 de agosto las cosas empezaron a cambiar; gracias a algunos mensajes de radio interceptados (y emitidos sin cifrar) los alemanes descubrieron las intenciones del 1º ejército de marchar sobre Königsberg, desentendiéndose de los combates en Masuria. 
 
Ludendorff situó el XVII cuerpo de Mackensen sobre el flanco derecho del 2º ejército ruso e insistió en que el I cuerpo de Francois golpease sobre el flanco izquierdo del rival. El día 25 de agosto tras recibir la autorización de Zhilinsky, la trayectoria del 2º ejército ruso fue corregida hacia el oeste, pero ya tarde para variar los acontecimientos. Al día siguiente, en un consejo con su estado mayor, Samsonov desistió de hacer un repliegue y decidió continuar el avance, a pesar de los consejos del comandante Shevchenko y de Artamonov, jefe del I cuerpo de ejército. El 27 de agosto el XIII cuerpo ruso de Kliuev prosiguió hacia Allenstein.
 
Francois aguardó a que los rusos se internasen un poco más hacia el norte y el 27 de agosto descargó su golpe, con una cuidadosa preparación artillera sobre el I cuerpo de ejército ruso en Usdau con la ruptura del ala izquierda y central de Artomov, que se desmoronó; al anochecer del 27-28 Francois no tenía enemigos organizados delante en su camino hacia Soldau y durante el día 28 llegó al nudo ferroviario de Neidenburg, a la espalda del grueso del 2º ejército ruso. Ludendorff apreció entonces la oportunidad que le daba este avance y ordenó a Mackensen que presionase el flanco derecho del adversario. Hubo acción en Bischofsburg sobre el VI cuerpo de Blagovesenski. Samsonov no se enteró de estos hechos hasta el mediodía del día 27. 
 
En Willemberg conectaron ambas agrupaciones alemanas. El cerco del 2º ejército ruso era un hecho. Mientras, en una reunión llena de tensión Martos y Samsonov acordaron finalmente dar la orden de retirada, con la caótica huida del XIII cuerpo  entre los lagos al norte de Kurken. Ese mismo día Zhilinsky había informado a Rennenkampf del traslado de los alemanes y de la necesidad de que destacase su caballería hacia el sur, a Bischofsburg. Muy tarde para servir de algún auxilio a sus apurados compatriotas.

Los antes mencionados fallos y retrasos en las comunicaciones de los rusos contribuyeron a la incapacidad de maniobrar con la rapidez necesaria para conjurar la amenaza: todo el centro del 2º ejército ruso (los cuerpos XIII y XV al completo) estaba copado. La desesperada retirada ordenada por Samsonov desde Allenstein (el extremo norte de su avance) hacia la frontera terminó en colapso los días 29-30 de agosto, con sus tropas desorganizadas y acosadas en los bosques rindiéndose en masa a sus enemigos. Samsonov confeso a su estado mayor antes de suicidarse cerca de Willemberg en la madrugada del 29 al 30: " El zar confiaba en mi ¿ como puedo presentarme de nuevo ante él después de semejante desastre? ". 
 
Efectivamente Hindenburg pudo informar al káiser el 31 de agosto: "Varios cuerpos de ejército rusos han sido destruidos. Ya hemos tomado más de 60.000 prisioneros, (...) los cañones están todavía en los bosques y estamos ahora recogiéndolos. El botín es inmenso y no puede por ello ser detallado".


Las cifras finales sumaban 93.000 prisioneros rusos, unos 30.000 muertos, y los supervivientes en desbandada hacía Varsovia (en total 250.000 bajas contando a los heridos). Las bajas alemanas (incluyendo heridos) no superaban las 37.000. La batalla de Tannenberg, la población desde donde partieron las fuerzas de Francois , donde resistió el XX cuerpo de Scholtz y antiguo escenario de una decisiva confrontación en 1410 entre polacos y alemanes de la Orden Teutónica, había puesto fin a la temida invasión rusa del país, encumbrando la reputación de Hindenburg y Ludendorff (a "pareja" o el "Duo") a la mas alta estima del pueblo alemán, que los transformó en héroes.



7.2.07

AGOSTO DE 1914. LA PRIMERA OFENSIVA. ASALTO ALEMAN A BELGICA Y FRANCIA




     FOTO. UNA COLUMNA DE  SOLDADOS ALEMANES ATRAVESANDO UN PUEBLO FRANCÉS EN AGOSTO DE 1914

Arropados por el optimismo y el fervor patriótico, la orden de movilización alemana fue cumplimentada a lo largo y ancho del país; en un alarde de organización dos millones de  reservistas ( sin contar a los miembros del Landwehr, que formaban la milicia territorial nutrida por hombres más maduros ) recibieron uniformes y equipo: el característico "pickelhaube" o casco picudo se hizo familiar, al igual que el uniforme "feldgrau" grisáceo y los fusiles Mauser 98. Los hombres fueron transportados en su mayoría hacía el oeste, incorporándose a las considerables fuerzas regulares de tiempo de paz, los 900.000  soldados del Stehendes Heer ( ejército permanente ) : 550 trenes de tropas cruzaron el Rhin en solo 24 horas. 

Junto a la frontera germano-belga, formando el ala derecha alemana y distribuidos de norte a sur  se apostaron el I ejército ( 320.000 hombres ) de Von Kluck, el II ( 280.000 ) de Von Bülow y el III ( 180.000 ) de Von Hausen. Frente a Luxemburgo, formando el centro, estaban el IV ejército ( 180.000 ) y el V  ( 200.000 hombres ) dirigidos por el duque de Wurttemberg y el Kronprinz respectivamente . En la frontera germano-francesa,  en Alsacia-Lorena, componían el flanco izquierdo. el VI  ejército ( 220.000 hombres ) del Príncipe Ruperto de Baviera y  el VII ( 127.000 ) de Heeringen


En Francia los febriles preparativos se extendían con igual rapidez. El ejército inicial de 817.000 hombres se multiplicó hasta llegar a los 2.944.000 al ejecutarse la movilización. Todos los hombres de los cinco ejércitos originales contemplados en el plan XVII ya habían sido reunidos el 10 de agosto, y el día 13 lo fueron todos los adscritos a las divisiones de la reserva. Su aspecto no difería mucho de sus compatriotas de 1870 con el conspiscuo uniforme de pantalón rojo y guerrera azul, el kepis como tocado y con un equipo de más de 25 kilos entre la mochila modelo 1893, cartucheras y el  rifle Lebel modelo 1896  y calibre de 8 mm, robusto pero de baja cadencia de tiro.

Luxemburgo cayó sin apenas incidentes entre el  2-3 de agosto a manos del IV y V ejércitos.

La guerra con Bélgica empezó el día 4 de agosto a las 8.02 horas, con el avance a través de su territorio del II ejército alemán precedido por la caballería de Von der Marwitz.  Los belgas contaban en filas unos 117.000 hombres aparte de las milicias de la Guardia Cívica, distribuidos en seis divisiones de infantería de unos 28.000 hombres cada una. Antes de las hostilidades estaban acantonadas en las principales ciudades fronterizas fortificadas  del país: la 1º división en Gante, la 2º en Amberes, la 3º en Lieja, la 4º en Namur, la 5º en Charleroi/Mons y la 6º en Bruselas, en la parte central del país. 

Los comandantes  belgas se apostaron a la defensiva y pronto comenzaron los primeros combates de envergadura en torno a la ciudad fortificada de Lieja ( protegida por un anillo de 12 fuertes de hormigón y dotados con 400 ametralladoras, construidos en la década de 1880 ), defendida por el general G. Leman con cerca de 40.000 hombres, la mayoría miembros de la 3º división. Leman rechazó el 5 de agosto una intimación a rendirse.

El general Otto von Emmich, encargado por Von Bülow de ocupar la ciudad, inició ataques artilleros al frente de seis brigadas (unos 65.000 hombres conocidos como el "ejército del Mosa") extraídas del II ejército para esta vital encargo, pero sus asaltos de infantería fueron rechazados con pérdidas. No obstante, los belgas, descorazonados por la infiltración de unidades de caballería germana hacia el interior de Bélgica retiraron a la 4ª división de Lieja para unirla al grueso del ejército belga en la línea del río Gette, donde se agrupaba ahora el grueso del ejército belga. Sobresalió entonces la figura del general Erich Ludendorff, que asumiendo el mando de la 14ª brigada  consiguió al frente de 1.500 hombres deslizarse entre los fuertes y capturar la ciudadela de Lieja y la ciudad el día 7 de agosto en una audaz acción que empezaría a conformar el mito de este destacado militar. Los fuertes exteriores hubieron de ser reducidos posteriormente empleando morteros u obuses de tiro parabólico del calibre 420 mm,  y los Skoda de 305 mm, estos traídos exprofeso desde Austria. El último de los fuertes no cayó hasta el 15 de agosto, donde fue capturado Leman. Ludendorff, que en el transcurso de los años siguientes ascendería a las mas altas responsabilidades en Alemania había ingresado con 30 años en el OHL en 1895, era un personaje de carácter sobrio y reservado, no exento de ramalazos de malhumor, con una trayectoria de integridad y dedicación a su oficio bajo la batuta de Schlieffen, y alcanzó el generalato en abril de 1914 para incorporarse seguidamente al II ejército como segundo jefe de su estado mayor. Su exitosa actuación en el asedio le proporcionó su primera gran promoción.

MAPA. EL ASEDIO DE LIEJA.
Los retrasos en torno a Lieja, vital nudo ferroviario para los trenes de tropas alemanes en su ruta hacia Francia, estaban causando los primeros disgustos en el alto mando alemán( OHL, " Oberste Heeres Leitung " ), al alterar los calendarios previstos para el despliegue. Moltke, pesimista por naturaleza y aún molesto por las disputas con Guillermo II al inicio de la guerra, trasladó su cuartel general a Coblenza, en Renania. Allí podría alejarse de las presiones de Berlín, pero sus comunicaciones con el frente seguían sin ser fluidas.

Tras despejar finalmente Lieja el 15 de agosto, prosiguió la progresión alemana por Bélgica, de momento con un desfase de dos días sobre los calendarios previstos originalmente por los alemanes. Por añadidura, Lieja no fue el único contratiempo en esta primera fase. La caballería de Von der Marwitz que trataba de internarse en Bélgica sufrió varios varapalos en la línea del río Dyle, especialmente en Haelen, donde los coraceros, dragones y ulanos de la 3ª y 17ª brigadas fueron diezmados por los belgas de la 4ª brigada de infantería del general De Witte el 12 de agosto, revelando la extrema vulnerabilidad de la caballería si esta intentaba combatir montada en sus corceles. Con todo el I ejército de Von Kluck, el más poderoso de todos, empezó a progresar hacia el centro de Bélgica. En cambio, seis divisiones de la reserva (Ersatz) habían sido transferidas al VI ejercito en Lorena, porque Moltke sobrevaloró la entidad de las fuerzas francesas apostadas en la frontera franco-alemana, debilitando así al I y II ejércitos encargados del peso del asalto envolvente contra Francia a través de Bélgica. 

FOTO. H. VON MOLTKE ( " EL JOVEN " ), JEFE DEL OHL EN AGOSTO DE 1914



En Alsacia, de acuerdo con el plan XVII, los franceses habían lanzado varias ofensivas capturando algunas localidades fronterizas, primero entre el 6-9 de agosto, cuando el general Bonneau tomó Altkirch y llego a Mulhausen, aunque pronto fue repelido por el VII ejercito alemán del general Heeringen. El 14 de agosto continuó el forcejeo, y el general francés Pau entro en Thann, de nuevo en Mulhausen y llegó a las afueras de Colmar el 21 de agosto, solo para tener que abandonarlas de nuevo. Inmediatamente al norte, el 1º ejercito de Dubail consiguió penetrar en la Lorena alemana para terminar siendo batido en Morhange el 20 de agosto. Allí las ametralladoras alemanas se cebaron sobre las formaciones de soldados franceses que avanzaban en orden cerrado vistiendo su vistoso uniforme de chaqueta azul oscuro y especialmente sus pantalones rojos...

En cambio, la acción principal se iba centrando en el norte, en la marcha alemana por Bélgica; el 20 de agosto capitulaba sin lucha Bruselas, y el gobierno y los restos de las fuerzas belgas buscaron refugio en  el "reducto nacional" de Amberes, en desesperada postura defensiva. Al mismo tiempo, los contingentes ingleses, de acuerdo al plan "W" de preguerra fueron desembarcando en Le Havre y Boulogne a partir del 9 de agosto, con 80.000 soldados agrupados en cuatro divisiones de infantería y una de caballería y 300 cañones. Configuraban el BEF (British Expedicionary Force) al mando de John French. El BEF quedó organizado en el I Cuerpo bajo el mando de Douglas Haig, y un II cuerpo bajo el mando de John Grierson, fallecido por enfermedad el 17 de agosto, siendo sustituido por Smith-Dorrien, mientras que la caballería se encomendó al liderazgo de Allenby. Poco después se les uniría el III cuerpo de Pulteney, integrado por la 4ª división que inicialmente se mantuvo en suelo británico como precaución frente a eventuales  desembarcos alemanes.  

Mientras, otra de las ciudades fortificadas belgas, Namur, era acosada desde el 16 de agosto por las avanzadillas del cuerpo de Reserva de la Guardia de Max von Wallwitz,  compuesto por 90.000 hombres y 400 cañones. Namur estaba defendida por 37.000 soldados de la 4º división y la milicia, aparte de 3.000 franceses de la 45º división. La reducción del perímetro de Namur empezó seriamente el 20 de agosto, apoyado por el movimiento de Von Bulow hacia el oeste de la ciudad para bloquear cualquier tentativa de auxilio por parte del 5º ejército francés. Los sitiadores habían aprendido las lecciones de Lieja, e instalaron inmediatamente las piezas artilleras superpesadas. El 21 empezó el bombardeo masivo, con infiltración de unidades alemanas entre los fuertes, que  así se vieron atacados de revés también .  El 22  cayó Fuerte Maizeret; el 23 de agosto fue el turno de Fuerte Cognalee y Andoy. Con la pérdida de Fuerte Suarlee, que había encajado 3.600 proyectiles de 420 mm, concluyó la resistencia de la plaza aunque unos 12.000 soldados de la guarnición consiguieron abandonarla y refugiarse a Amberes.

Hacia el 22 de agosto quedó patente que  las provincias del noreste francés estaban directamente amenazadas por el ala derecha alemana: el III ejercito de Hausen luchaba entre Namur y Dinant e irrumpía en las Ardenas secundado por el IV del duque de Wuttemberg; el I y II comenzaban a remontar el río Sambre combatiendo a los ingleses del BEF  en torno a la localidad de Mons el dia 23 de agosto y con los franceses del 5º ejercito del general C. Lanzerac al sur del Sambre, en Charleroi. El 25 los alemanes habían forzado las lineas aliadas alzándose con el triunfo en la llamada "batalla de las fronteras", aún pagando un precio elevado. Abundan los testimonios de soldados alemanes perplejos por la capacidad de fuego de los experimentados tiradores británicos, que causaron estragos entre las apretadas filas de la infantería germana: "pecho contra bala". El 5º ejército francés escapó por los pelos de quedar envuelto en el saliente de Namur, solo salvado porque algunas divisiones de Von Hausen se demoraron en cruzar el río Mosa.

En París cundió la alarma al comprobar el absoluto fracaso del plan XVII y la irrupción enemiga en territorio patrio. Se produjo una crisis de gobierno con la destitución del hasta entonces ministro de Guerra, Messimy, y el 26 de agosto se formó un nuevo gabinete mas en consonancia con el planteamiento de la Unión Sagrada en el que estaban representados mas partidos, teniendo a Alexandre Millerand ( que sustituyó a Messimy ), Delcasse, Briand y Ribot como hombres fuertes. Por otro lado, Gallieni, un veterano general forjado en Madagascar y otros empleos coloniales, recibió el cometido de " comandante de los ejércitos de París" una figura retórica en aquel momento porque Joffre se negó a las pretensiones de Millerand de debilitar su primera línea transfiriendo contingentes importantes ( hasta 3 cuerpos de ejército se le solicitaban) al recinto capitalino. 

IMAGEN. ALEXANDER MILLERAND, MINISTRO FRANCES.


Mientras, Moltke había convertido a Bülow, jefe del II ejercito, en una especie de coordinador de los movimientos de sus otros dos colegas, Kluck y Hausen. En ese momento se iniciaron una serie de alteraciones sobre la trayectoria de los ejércitos alemanes que los apartaban de las previsiones originales de Schlieffen; Kluck marchaba en dirección suroeste, hacia Tournai y Lille, en linea recta hacia el Canal de la Mancha. En cambio Bülow y Moltke prefirieron rectificarle y orientar el flanco derecho alemán ligeramente hacia el sur. Esta tendencia, si se persistía en ella, tenia consecuencias, al dejar un vacío inmediatamente al oeste de todos los movimientos del I ejército; esto no seria peligroso en tanto ninguna fuerza enemiga de envergadura estuviera dispuesta en ese espacio...un presupuesto arriesgado, como se vería más adelante.

Posiblemente Bülow y Moltke estimaban que el grueso de los adversarios estaba concentrado en la frontera de Asacia-Lorena, y que el rumbo sur simplificaba el proyectado envolvimiento de las fuerzas francesas, al mismo tiempo que permitía mantener el acoso sobre las unidades enemigas en retirada desde el 25 de agosto. Recordemos que el principal objetivo alemán era el cerco y destrucción de las tropas enemigas y solo secundariamente la conquista de ciudades o regiones.

De momento, los mensajes recibidos en Coblenza eran optimistas, a veces exageradamente;
en el flanco izquierdo alemán, los franceses no solo habían sido contenidos sino que el VI ejercito alemán había cruzado hacia la Lorena francesa tras el éxito de Morhange y ahora amenazaba Nancy, tras entrar en Luneville y apoderarse de Fuerte Manonviller, el más poderoso y moderno fuerte del país. Su jefe, Ruperto de Baviera, hablaba de "completa victoria" e informaba de la captura de 12.000 prisioneros y 50 ametralladoras y cañones; los informes de los otros 5 ejércitos del centro y el flanco derecho eran de la misma tónica: el III se apoderaba de Namur, el IV y V progresaban en las abruptas Ardenas hacia Sedán y las cercanías de Verdun.

MAPA. LAS POSICIONES DE LOS EJÉRCITOS EN EL FRENTE OCCIDENTAL EN AGOSTO DE 1914 Y LAS PRIMERAS BATALLAS EN BÉLGICA Y ALSACIA-LORENA.

Ciertamente los aliados anglofranceses ejecutaban una cansada retirada hacia el sur, sobre los afluentes orientales del rio Sena. Hay que reseñar la entereza del generalísimo francés Joffre, que no perdió los nervios y procedió a un análisis objetivo: sus fuerzas habían sido rechazadas pero no destruidas. Seguía confiando en el desgaste que el avance constante provocaba en los alemanes; efectivamente el transporte de municiones y pertrechos desde las estaciones terminales del ferrocarril disponible hasta la primera línea del frente se volvía cada vez más precario, al ensancharse la separación entre ambas: el 1 de septiembre la distancia era de 150 kilómetros en el caso del I ejército, que debía salvarse recurriendo a lentas e inmensas columnas de carros tirados por caballos (el transporte motorizado alemán, escaso de por sí, había quedado inutilizado en Bélgica). 

FOTO. EL GENERAL VON KLUCK, JEFE DEL I EJERCITO


Joffre barruntaba ya el 24 de agosto la línea de acción que debía plantear: " Por tanto, estamos obligados a pasar a la defensiva, usando nuestra fortaleza y nuestros grandes obstáculos topográficos que nos permitirán consolidarnos un poco, intentando deteriorar al enemigo, y reasumir la ofensiva cuando llegue el momento" las previsiones de Joffre contaban con el sentido de los afluentes orientales del Sena, que cortaban perpendicularmente la marcha norte-sur que los alemanes habían emprendido desde la decisión de Bülow y Moltke.

Mientras, proseguía el redespliegue aliado salpicado de combates, los ingleses en Le Cateau y los franceses en Guisa-San Quintin el día 29, nuevamente contra el I y II ejércitos alemanes, saldados con una nueva retirada. En Le Cateau la acción se produjo por un encontronazo nocturno el 25 de agosto entre unidades del IV cuerpo del ejército de Kluck con el I cuerpo dirigido por Haig en la aldea de Landrecies a unos 20 kilómetros de Le Cateau. A la mañana siguiente la lucha se generalizó entre los alemanes e ingleses en todo el lugar, con el II cuerpo de Dorrien-Smith también involucrado; aunque después de sufrir severas bajas ( 8.000 hombres y 37 cañones ) Dorrien-Smith por lo menos logró zafarse del mortal envolvimiento de Kluck, gracias a la contribución de 3 divisiones de territoriales franceses dirigidas por D´Amade que distrajeron en el flanco izquierdo a uno de los cuerpos del I ejército alemán, y continuar su repliegue en orden. En Guisa y San Quintin Lanzerac y su 5º ejército experimentaron suertes diversas, triunfantes en la primera y rechazados en la segunda. En cualquier caso el general francés, sintiéndose desasistido en sus flancos por el BEF y el 4º que continuaban el repliegue prefirió abandonar y unirse al retroceso.



Joffre había tenido que ordenar en persona al pesimista Lanzerac desplazarse hacia el oeste para plantar batalla en Guisa-San Quintin, y tras los nuevos roces públicos de este último con French por lo que el general galo consideraba mala fe y falta de cooperación sincera de su homólogo británico, destituirlo del mando del 5º ejercito. Para evitar una retirada demasiado profunda de French, Joffre tuvo que apelar a través de Viviani al ministro de la guerra ingles, Lord Kitchener, que acudió en persona para entrevistarse con French el 1 de septiembre en la embajada inglesa en Paris, exigiéndole que abandonara sus intenciones derrotistas de retirarse a la margen izquierda del río Sena. Kitchener, aureolado por su prestigio ante la opinión pública inglesa obtenido en las campañas coloniales de Sudán y sus autoritarias gobernaciones en otros territorios complicados del Imperio británico, había accedido al cargo el 5 de agosto, convirtiéndose en el primer militar en activo en el gobierno británico desde el siglo XVII. La misma fecha del 1 de septiembre los alemanes del II ejército cruzaron el río Aisne . Esa fue la señal para la evacuación del gobierno francés a Burdeos al día siguiente, una difícil elección desde el punto de vista de la moral, pero justificada teniendo en cuenta la amenazadora presencia a solo 35 km de la capital de las fuerzas germanas.

FOTO.EL MINISTRO DE LA GUERRA BRITANICO EN 1914-1916 LORD KITCHENER






Joffre, intuyendo el punto débil del dispositivo alemán, procuraba fortalecer a toda prisa un nuevo ejército, el 6º, en las inmediaciones de Paris con retazos de fuerzas transferidas desde puntos no expuestos y 2 divisiones de reservistas, en el peor de los casos para proteger la capital, en el mejor para otra acción...

En el campo alemán, Moltke y su estado mayor ( destacaba en el su jefe de operaciones, G. Tappen) seguían envueltos en graves dificultades para reunir sin retrasos la información de los acontecimientos de la primera línea, a pesar de un nuevo traslado, esta vez a Luxemburgo, que tampoco sirvió para mejorar las comunicaciones debido a lo provisional de los puestos de mando (por ejemplo, una escuela de señoritas ), sin conexión telefónica con los jefes de los ejércitos, y retrasos en la recepción de telegramas o mensajes entregados por motoristas; puede que este pequeño caos, los balances parciales de victorias en San Quintin-Guisa, la mejoría del frente oriental tras el impresionante triunfo en Tannenberg, los rumores sobre desembarcos en Ostende de ¡rusos ! ( en realidad unos 3.000 infantes de marina que serian reembarcados el 31 de agosto ) y otros factores ayuden a comprender porque Moltke dio el visto bueno a una maniobra que a la postre tendría fatídicas consecuencias para toda la operación: Kluck decidió atravesar el río Oise por Compiegne y ajustarse al movimiento de Bülow entre Soissons y Reims, emprendido tras el éxito del II ejército en San Quintin.

La maniobra de envolvimiento de gran amplitud, que ya había quedado cercenada por el primer cambio de rumbo del 24-25 de agosto era ahora completamente cancelada: la pinza superior del plan Schlieffen estaba anulada. El nuevo e improvisado plan de envolvimiento reducía su amplitud y dejaba un descubierto en el extremo occidental del flanco derecho alemán.
Hay que reconocer que a Moltke no le quedaba otro remedio, debido a la disminución progresiva que el mismo había realizado de las fuerzas asignadas al flanco derecho, incluso antes de las hostilidades, al incrementar los contingentes originalmente previstos en Alsacia-Lorena y Prusia Oriental, y a la decisión ya en campaña de transferir las divisiones Ertsatz a Lorena dos semanas atrás, y de 2 cuerpos ( unos 70.000 hombres ) deducidos del II y III ejércitos a Prusia Oriental a finales de agosto.

En cualquier caso el I ejército, aún fuerte en 200.000 hombres prosiguió su agotadora marcha, con evidentes signos de fatiga y desgaste entre sus divisiones. Como señalaba uno de sus miembros, el capitán Bloem el 5 de septiembre : "las suelas de las botas estaban como un papel fino".

Algunos reajustes de la línea aliada, como el movimiento del BEF hacia el curso inferior del Marne despertaron las suspicacias de Moltke que ordenó a Kluck colocarse detrás de la fuerza de Bülow, cubriendo el extremo del flanco derecho alemán; Kluck hizó caso omiso y la mayoría de sus hombres cruzaron el Marne los días 3 y 4 de septiembre. Moltke reflexionaba: " Hemos tenido éxito, aunque aún no tenemos la victoria (...) cuando ejércitos de millones de hombres están oponiéndose los vencedores tienen prisioneros ¿ donde están los nuestros? (...) Aun mas, la relativamente pequeña cantidad de armamento capturado me demuestra que los franceses se han replegado en buen orden y acorde a un plan. El trabajo mas duro esta aun por hacer".


FOTO. VAUZIERS ATRAVESADA POR COLUMNAS DE CARRUAJES GERMANOS,VERANO DE 1914


Los generales franceses estaban a la expectativa: seguían con atención los movimientos de Kluck, y Gallieni, el gobernador militar de París ( y superior de Maunoury, jefe del flamante 6º ejército francés ) especulaba con la posibilidad de descargar un duro contragolpe sobre el ala descubierta del I ejército alemán. Estableció conversaciones con Joffre los días 3 y 4 de septiembre exponíendole esta idea. Joffre se mostró algo inseguro, pero después de consultar con los jefes del 9º y 5º ejércitos desplegados entre el Marne y el Sena y recibir informes favorables, asumió la idea de Gallieni. La mañana del día 5 se consumió en los preparativos para el inminente contraataque francés a la vez que se garantizaba la cooperación de French y sus ingleses.

Los alemanes ya entreveían la inminente amenaza, la directiva emitida por el OHL intentaba remediarla recolocando al I y II ejércitos " de cara al este de París, para actuar ofensivamente contra posibles operaciones del enemigo desde Paris ". Kluck, mal informado por sus exploradores, restó gravedad a la amenaza; según dijo "las potentes fuerzas que se sospechan estacionadas en París están solamente reagrupándose". Kluck dejó un solo cuerpo de ejército al mando de Gronau al norte del río Marne para vigilar la amenaza que desdeñaba.

Así, el OHL con Moltke a la cabeza mostraba su inoperancia para dirigir o controlar a sus principales subordinados. En cambio Joffre fue mas expeditivo, ya que relevó en pocos días a 2 comandantes de ejército, siete comandantes de cuerpo y 24 comandantes de división antes del 6 de septiembre, la fecha clave para la contraofensiva que daría lugar a la Primera Batalla del Marne.