26.5.07

REPLANTEAMIENTOS ESTRATEGICOS DE LOS IMPERIOS CENTRALES Y LOS ALIADOS EN EL INVIERNO DE 1914-1915

Rotas las presunciones basadas en el escenario de una guerra corta, ambos grupos de contendientes tuvieron que replantear sus estrategias. Se inició el intervencionismo de los gobiernos en la esfera económica y social, supeditando las necesidades materiales y el destino de los hombres al esfuerzo militar en los campos de batalla y a las industrias bélicas. Específicamente las Potencias Centrales impusieron ya en el invierno de 1914-1915 el control y racionamiento de ciertos productos, todavía limitado a una gama de artículos de origen tropical como el café, el caucho natural, el cacao, etc, que siendo genuinos productos de importación pronto escasearon. No obstante, en enero de 1915 comenzaron las primeras restricciones sobre un artículo de consumo masivo, el pan.

Cercados al oeste y el este por sus adversarios de la Entente, y separados de los accesos al Atlántico por el bloqueo naval de los ingleses en el mar del Norte y el Mediterráneo, los Imperios Centrales veían limitadas sus posibilidades de comercio exterior a Escandinavia, Holanda y momentáneamente a Italia y Rumanía; la desconexión con el resto del mundo y las colonias alemanas era completa. De hecho, los ingleses se ocupaban también de vigilar que los neutrales fronterizos de Alemania y Austria no recibieran productos extra para reexportarlos a estas últimas.

En esta tesitura, los altos estados mayores debían meditar los pasos a seguir tras el invierno de 1914-1915, cuando se reemprenderían los movimientos militares a gran escala. En los Imperios Centrales surgieron dos enfoques: los "occidentalistas" capitaneados por el nuevo jefe del OHL, Falkenhayn, que proponían mantener el grueso de las fuerzas alemanas en Francia y especulaban con una paz por separado con Rusia ( a través de Dinamarca se sondeó al zar Nicolás II al respecto), y los "orientalistas" dirigidos por Hindenburg y Von Hötzendorf que predicaban concentrar el vigor austro-alemán contra los rusos, percibidos como vulnerables por su deficiente equipación y organización, a pesar de su inmenso potencial humano y su contrastado espíritu de lucha. Los partidarios de ambas opciones cruzaban objeciones. Para los orientalistas una paz con Rusia sin haberla acorralado previamente en los campos de batalla era una posibilidad ingenua e irreal, y desconfiaban de imponer por las armas una decisión en el oeste debido a la igualdad armamentística en esa zona. Para los occidentalistas la amplitud del espacio ruso hacia inviable una victoria total en ese frente, solo serian alcanzables éxitos parciales, y creían que la guerra se ganaría ( o perdería ) en el considerado principal punto de concentración de fuerzas y recursos, el schwerpunkt, en Francia.

Incluso se añadió un tercer partido a partir de octubre de 1914, el de los balcánicos que exigían la conquista de Serbia, el despeje de las comunicaciones terrestres con Turquía y la atracción de Bulgaria y Rumania hacia las Potencias Centrales. Todo esto garantizaría refuerzos adicionales contra Rusia ( sumando los contingentes turcos de 700.000 hombres, los búlgaros de 400.000 y los rumanos de 500.000 ) y un importante abastecimiento de materias primas. Era la postura sostenida por el secretario de exteriores alemán, A. Zimmerman y muchos políticos austriacos.
IMAGEN. LA "VOLUBLE" ITALIA CORTEJADA POR SUS PRETENDIENTES.
De este modo pasaban a primer plano las naciones neutrales cortejadas por los diplomáticos beligerantes, que trataban de explotar afinidades y fobias, a fin de incrementar las fuerzas propias atrayendo nuevos aliados. En particular las presiones sobre Italia y Grecia se incrementaron de una manera notable. Grecia se debatía entre el liderazgo del aliadófilo primer ministro Venizelos ( reforzado por la reciente alianza del enemigo secular, Turquía, con Alemania ) y el rey heleno germanófilo Constantino, aunque la mayoría de la población se mostraba neutralista. En particular, los ingleses clamaron por una implicación griega en un posible asalto sobre Tracia Oriental, la última provincia turca en Europa. Esta idea venia motivada por la petición expresa del Gran Duque Nicolás a Gran Bretaña solicitando una intervención que aliviara el frente del Cáucaso. El Consejo de Guerra británico estudió inicialmente la cuestión en diciembre de 1914, y el ministro de Marina ( Primer Lord del Almirantazgo ) Winston Churchill sostuvo ante el primer ministro Asquith la necesidad de superar el estancamiento del frente Oeste y la obligada parada en las actividades bélicas provocada por el invierno concentrándose en posibilidades alternativas: en este caso, un ataque sobre el estrecho de los Dardanelos.  Las ventajas podían ser muchas. Golpearía la capital turca y prometía la pronta eliminación de este adversario; animaría a Bulgaria y Grecia a unirse  a los Aliados; ayudaría a Serbia; y restablecería la vital conexión marítima con . político liberal Lloyd George, entonces ministro de economía, compartía esta táctica de desbordamiento respecto al escenario central de los grandes frentes continentales, aunque era partidario de una intervención más modesta  en el mar Adriático contra Austria-Hungría en el puerto de Cattaro, aliviando a Serbia y animando a los italianos a unirse a la Entente. MAPA. VISTA DEL ESTRECHO DE LOS DARDANELOS

Una alternativa finalmente desechada contemplaba un desembarco en Alejandretta (Iskenderun ) para interrumpir el ferrocarril entre Estambul y Bagdad haciendo pie en Siria.  En la sesión del 13 de enero de 1915 el Consejo de Guerra se decidió por la empresa de los Dardanelos. El informe de Sackville Carden, destacado al frente de la flota en el Egeo, se mostraba favorable aunque subrayaba la necesidad de una acción metódica.

 En cambio, el generalato ingles y francés preferían la gran estrategia del choque decisivo en Francia ( exactamente el mismo parecer que el de los occidentalistas germanos ). En particular Joffre elaboraba jubilosas previsiones de recuperación de la zona ocupada y de aplastamiento de los alemanes hasta las fronteras; en esta misión estaría secundado por el Nuevo Ejército Británico que Kitchener estaba creando y entrenando en Gran Bretaña, y que para marzo de 1915 pasaría de la isla al continente en cantidades apreciables. El generalato aliado contemplaba con escepticismo las jugadas de desbordamiento y se negaba a ceder ni un hombre para proyectos que consideraba quiméricos. 

Con todo, el 13 de enero de 1915 el Consejo de Guerra se decidió por la empresa de los Dardanelos. Pero algo de escepticismo cundía entre los profesionales de la Royal Navy y la . El punto débil era la ambigüedad sobre como asegurar la ocupación de Gallipoli con un asalto exclusivamente naval, tal y como fue aprobado por el Consejo el 28 de febrero con el unánime apoyo de los políticos presentes pero con la velada oposición de Fisher, el primer Lord del Mar, que representaba la opinión profesional.
Asimismo, para el envite naval no se utilizarían a los modernos acorazados del tipo dreadnought, que debían vigilar desde las islas Orcadas los posibles movimientos de la flota alemana , sino a los prescindibles, anticuados y...frágiles acorazados predreadnought.

A regañadientes Kitchener y el ejército cedieron muy tardíamente el 10 de marzo optando por un cierto compromiso: en todo caso si fuera necesaria una acción terrestre se emplearían fundamentalmente en la empresa del desbordamiento tropas coloniales de la Commonwealth británica ( australianos y neozelandeses ), sin distraer hombres de la crucial lucha en Francia. 

5.5.07

TURQUIA SE UNE A LOS IMPERIOS CENTRALES: CONSECUENCIAS INMEDIATAS.

Ante la realidad de la conflagración mundial, el análisis realizado en Estambul por el gobierno del CUP, el Cómite para la Unión y el Progreso ( los "Jóvenes Turcos" ) presidido por su líder y  ministro de la Guerra Enver Pasha terminó por decantarse a favor de la causa de los Imperios Centrales el 29 de octubre de 1914. 

Alemania era percibida como una potencia amistosa, sobre todo desde la visita del káiser Guillermo II en 1898, que había recorrido Estambul y las provincias turcas y árabes, pronunciando un emotivo  discurso en Damasco: " El sultán y los trescientos millones de súbditos musulmanes que, dispersos por el orbe, le veneran como califa pueden tener la seguridad de que siempre habrán de encontrar a un amigo en el emperador alemán". Ambos países sostenían fructíferas relaciones económicas. En diciembre de 1899 se adjudicaron las obras del ferrocarril Berlín-Bagdad, empezadas en 1903. Bajo el reinado del sultán Mehmed Reshid, a finales de 1913 el gran visir Said Halim Pacha solicitó de Alemania  una  misión militar terrestre de cooperación. Fue puesta bajo la dirección del general Otto Liman von Sanders, bien relacionado con los ministros de marina e interior, Cemal y Talat, pero enemistado con Enver. Las relaciones con los miembros occidentales de la Entente eran asimismo correctas. Francia había concedido en  mayo 1914 un importante crédito. Debido al interés de los Jóvenes Turcos por promocionar su escuadra, existía una misión naval británica desde 1909, dirigida por el contralmirante Arthur Limpus desde 1912. En cambio, los rivales mas odiosos eran los vecinos balcánicos, especialmente Serbia y Grecia, pero sobre todo el histórico protector de estos países y tercer miembro de la Entente, Rusia, que además abrigaba indisimulados propósitos anexionistas sobre los estrechos de los Dardanelos y el Bósforo,  y pretendía  rectificaciones fronterizas en la Armenia turca.

El atentado de Sarajevo y la crisis posterior de julio de 1914 levantó recelos en Turquía, precisamente por la falta de identificación clara del país con alguno de los temibles bloques enfrentados. Por tanto se inicio  una apresurada búsqueda de cualquier socio dispuesto a garantizar la integridad territorial del imperio y conjurar cualquier tentación de reparto. Cemal Pacha, más inclinado al principio a recabar el patronazgo de Francia e Inglaterra, estaba de visita en Europa a principios de julio para presenciar unas maniobras navales galas. Durante la estancia fue informado por varios comisionados turcos que Londres estaba dando pretextos inconsistentes para no entregar los dos  acorazados dreadnoughts  ( el "Sultán Osmán" y  el "Resadiye" ) que Turquía había encargado en 1911, a pesar de que estaban pagados y terminados. Una vez en Paris, Cemal exigió garantías al ministerio de asuntos exteriores francés  respecto a las ambiciones rusas y los planes de un supuesto reparto del imperio turco. Solo recibió evasivas. El 18 de julio, al marcharse,  Cemal llegó a la conclusión evidente: para las potencias occidentales, Rusia era un socio mucho más valioso que cualquier estrechamiento del vínculo con Estambul.

El 1 de agosto el almirantazgo británico bajo orden directa de su titular, Churchill, requisó finalmente  los acorazados para incorporarlos a la Grand Fleet.. Se confirmaban así los peores temores suscitados entre los turcos durante el mes de julio. Este abuso precipitó las decisiones de los Jóvenes Turcos. El 2 de agosto se firmó un acuerdo con Alemania, mantenido en secreto. Su génesis ya había empezado a mediados de julio, cuando Viena ante el agravamiento de la crisis sugirió a los alemanes un acercamiento a Turquía para aislar a Serbia y presionar a  Bulgaria.


FOTO. EL CRUCERO LIGERO DE 4 CHIMENEAS " BRESLAU" ATRACADO EN EL CUERNO DE ORO ( ESTAMBUL )

El 10 de agosto recalaron en Estambul el crucero de batalla alemán "Goeben" y el de su misma bandera pero del tipo ligero "Breslau". Sorprendidos por la declaración de guerra en viaje por el Mediterráneo, su comandante, el contralmirante Souchon descartó forzar el paso por Gibraltar o refugiarse en el Adriático austro-hungaro, y prefirió dirigirse a la entonces neutral Turquia. Tras algunas operaciones de bombardeo sobre la Argelia francesa y eludir la persecución de una escuadra de cuatro cruceros acorazados británicos y varios destructores, ambos navíos llegaron a Estambul y fueron "naturalizados" como turcos. Aportaron un valioso refuerzo a la débil escuadra otomana. Este incidente alimentó las suspicacias de los Aliados, que procedieron a estrechar la vigilancia sobre las costas turcas, al tiempo que los agentes rusos atizaron desde octubre la agitación de la minoría armenia, una población caucásica de religión cristiana que aspiraba a crear un estado independiente a imitación de lo acontecido en los Balcanes, y que por ello había sido reprimida duramente en 1898 por el gobierno del sultán.

El 29 de octubre el "Goeben" y el "Breslau", con bandera turca, bombardearon por sorpresa y minaron los accesos de las principales bases navales rusas en el mar Negro ( Odessa, Nicolaiev y Sebastopol ), aunque causaron escasos daños. En represalia el 2 de noviembre de 1914 los Aliados decretaron el estado de guerra contra Turquía, y al día siguiente su flota cañoneó vigorosamente las fortificaciones turcas de Sedd-ul-bahr, en la entrada a los Dardanelos, donde era ya apreciable la presencia de oficiales y artilleros alemanes enviados como especialistas para reforzar las defensas de los fuertes de Chanak y Kilidulhabir. De este modo las Potencias Centrales se veían engrosadas por un nuevo miembro, en lo que se convertiría en uno de los mayores éxitos diplomáticos de Berlín durante la Primera Guerra Mundial.

Entre las trascendentales consecuencias del hecho estaban la aparición de nuevos escenarios de conflicto allí donde los confines del imperio turco limitaban con territorio aliado: el Mediterráneo oriental (en la costa anatolia y entre el protectorado ingles de Egipto y la Palestina turca ), el Cáucaso y el golfo Pérsico ( entre las colonias inglesas en Kuwait y Bahrein frente al Irak turco ). El mero cierre de la ruta marítima de los estrechos asestó un gravísimo contratiempo a Rusia, puesto que el abastecimiento de pertrechos militares procedentes de Francia y Gran Bretaña quedaba interrumpido, así como sus cuantiosas exportaciones de materias primas, "embotelladas" en el mar Negro. El aislamiento ruso quedaba sellado, porque el mar Báltico estaba controlado por la superior escuadra alemana y las rutas alternativas por el Ártico, Asia Central o el Pacífico eran tortuosas, mal comunicadas y extremadamente largas.

A pesar de todo, los Aliados occidentales veían la participación turca con bastante displicencia, a juzgar por las declaraciones realizadas en aquellos días por políticos británicos como Asquith: " Es el gobierno otomano, no nosotros, el que ha dado el toque de difuntos del dominio turco, no solo en Europa, sino también en Asia ", o la declaración de E. Grey: " No hacen falta más operaciones militares. No cabe duda de que habría que pagar un alto precio por Gallipoli. Pero así se acabaría la guerra con Turquía. Un buen ejército de 50.000 hombres y el poderío naval acabarían con la amenaza turca". En resumidas cuentas descontaban la presumible debilidad del nuevo adversario y esperaban que ante un envite de proporciones moderadas Turquía pronto se vendría abajo.

Cautelosamente, el 23 de octubre los ingleses ya habían estacionado una división colonial angloindia en Bahrein, para proteger las importantes instalaciones petroleras de Abadan, en la neutral Persia (actual Irán), donde mantenían considerables inversiones, vigilando de paso las actividades turcas en el vecino Irak. El 7 de noviembre, abiertas ya las hostilidades, los angloindios desembarcaron en Fao, en el extremo meridional de Irak y remontaron el estuario de Chatt-el-arab amenazando Basora, que cayó en sus manos el 23 de noviembre. El 4 de diciembre batieron a una pequeña fuerza turca en Kutna afianzando sus posiciones en Mesopotamia meridional. Las perdidas aún eran moderadas, 300 turcos y 65 angloindios fallecidos y 1.000 prisioneros turcos. El 4 de febrero de 1915 los británicos también se instalaron en la ciudad persa de Ahwaz para completar su circuito defensivo.

Por otra parte, los ingleses oficializaron el 18 de diciembre su protectorado sobre Egipto después de apartar al desafiante jedive, que había ratificado su lealtad a Turquía. El nuevo estatuto legal  dotaba de atribuciones reforzadas a las autoridades británicas permitiendo a estas proteger mejor el canal de Suez.

En el Cáucaso, donde el control de los pasos armenios abría el camino hacia el interior de la Anatolia turca, la envergadura de la lucha entre rusos y turcos fue desde el comienzo mucho mayor: el 1 de diciembre los rusos entraron en Batumi, un puerto del mar Negro, y el 21 de diciembre, en torno a la fronteriza ciudad rusa de Kars, 100.000 hombres por cada bando se enfrentaron en la batalla de Sarikamish que se prolongó hasta enero de 1915 agravada por las difíciles condiciones climáticas de alta montaña en pleno invierno. Unos 30.000 turcos perecieron y solo 20.000 afortunados pudieron refugiarse en Erzerum, en el interior de la gobernación de Armenia. Las pérdidas rusas también se contaron por decenas de miles, al tiempo que el general Vorontsov, demasiado lento en perseguir a sus maltrechos enemigos, era reemplazado por el más enérgico Iudenich. La lucha también se extendió a la vecina Persia, donde las tropas rusas penetraron desde el norte y donde los turcos tomaron brévemente Tabriz en enero de 1915, antes de abandonarla precipitadamente ante el acoso ruso.

FOTO. GRUPO DE AMETRALLADORES TURCOS.



A comienzos de 1915, exactamente el 3 de febrero, los turcos al mando de Ahmad Djemal y el asesor alemán Kress von Kressenstein pusieron en práctica una intentona sobre el canal de Suez, con la esperanza de que esta acción sirviera de estimulo a un levantamiento antibritánico en Egipto: 19.000 soldados del 4º ejército habían cruzado subrepticiamente el Sinaí y trataron de atacar por sorpresa cerca de Ismailia, pero fueron descubiertos por el reconocimiento aéreo, una técnica por entonces bastante novedosa. A punto de iniciarse el cruce del canal una tormenta de arena retrasó y complicó la delicada tarea de instalar los pontones, que además fueron desmontados por los defensores angloindios. Djemal Pachá, sabiendo que su única esperanza consistía en  un cruce rápido, al solo contar con los suministros justos después de la difícil marcha por el Sinai,  interrumpió el operativo y se replegó durante la noche. Había perdido 1.000 efectivos entre muertos y prisioneros. Egipto siguió firmemente bajo el protectorado inglés proclamado el año anterior.

1.5.07

ACCION EN LODZ. ASEDIO DE PRZEMYSL

FOTO. A LA DERECHA, PRISIONEROS RUSOS CAPTURADOS EN LODZ, A LA IZQUIERDA SOLDADOS ALEMANES CUSTODIÁNDOLOS.

El esfuerzo de guerra comenzaba en noviembre de 1914 a lastrar a los contendientes del frente Oriental, especialmente a Rusia.

El general Brusilov declaró recordando aquellos dias: "Transcurridos 3 meses de guerra la mayor parte de nuestros oficiales y soldados entrenados se habían perdido (...) el ejército se convirtió más y más en una especie de milicia mal entrenada". Los reemplazos rusos, aunque abundantes, estaban poco motivados para una campaña larga. Se hacían notar notables deficiencias incluso en suministros básicos de alimentos ( era común que los soldados dedicasen parte del tiempo a cosechar patatas en lugares donde estaban estacionados ). Asimismo, las dificultades eran moneda habitual a la hora de reponer las piezas de artillería y las ametralladoras averiadas o destruidas, e incluso faltaban de municiones ligeras. Los problemas alcanzaban también a la dirección operativa, minada por los fallos de comunicación en los momentos críticos, exceso de recurso a la improvisación, etc.

Intentando recuperar la iniciativa frente a los alemanes, el jefe de la Stavka, el Gran Duque Nicolás ( tío paterno del zar ) y el ministro de la guerra, Sukhomlinov, apartaron al desafortunado general Zhilinski del mando del frente noroeste sustituyéndolo por el de su mismo empleo Ruzski. Adoptando un estilo mas agresivo a mediados de noviembre los rusos se aprestaron a probar suerte de nuevo en Prusia Oriental, a pesar de la llegada del duro invierno.

En el otro lado, Hindenburg había sido informado por Ludendorff de que no cabía esperar un incremento sustancial de los efectivos destinados al frente del Este, puesto que Falkenhayn había rechazado en una reunión previa celebrada en Berlín con el mismo Ludendorff dar prioridad al sector oriental. Tal vez para endulzar esta amarga noticia, Hindenburg y su Estado Mayor fueron promovidos a la jefatura del recién creado "Ober Ost", el puesto que unificaba la tareas de planificación contra Rusia.

Ante los primeros signos de preparativos enemigos, los alemanes, conscientes de la importancia de mantener la iniciativa para lograr la victoria, se anticiparon nuevamente a la lenta jugada rusa. En un alarde de eficacia logística y de uso inteligente de la red de ferrocarriles el IX ejército de Mackensen fue trasladado velozmente desde el sur de Polonia a Gnesen, en Prusia Occidental. El 11 de noviembre el IX ejército penetró en área hostil, empujando al reconstituido 2º ejército ruso, ahora al mando de Scheidemann, hacia la importante localidad polaco-rusa de Lodz. Alarmado, Scheidemann intercambio mensajes con la Stavka sugiriendo una retirada mas profunda, lo cual fue descartado el 18 de noviembre.

Lodz contenía importantes almacenes de suministro que permitieron reequipar a los maltrechos hombres del 2º ejército ruso. Simultáneamente, tenia lugar una adecuada concentración de fuerzas a iniciativa de Plehve, jefe del 5º ejército ruso que permitió reunir una imponente masa de efectivos frenando a Mackensen, que confiadamente había marchado contra sus adversarios, para acabar viendo como tres divisiones de su flanco izquierdo quedaban aisladas al este de Lodz. Hoffman, tercero en el escalafon del "Ober Ost" anotó expresivamente el 22-XI: "nuestro flanco izquierdo ha sido golpeado. ¿Como podemos reconducir las cosas y salvar la situación?: No lo sé todavía. La cuestión esta en el filo de la navaja". FOTO: EL GENERAL SCHEFFER-BOYADEL, JEFE DEL XXV CUERPO.

Inesperadamente, el talento de los oficiales germanos volvió a ponerse de relieve. El general Scheffer-Boyadel, que dirigía al casi bloqueado XXV cuerpo, consiguió deslizar increíblemente a sus divisiones entre las lineas rusas aprovechando la ya característica confusión y caos organizativo de sus enemigos en los momentos álgidos; aparte de la ruptura del cerco, Scheffer capturó 16.000 prisioneros que logró trasladar hasta el campo propio. Un aturdido Ruzski apenas pudo hacer otra cosa que mover a sus vapuleadas huestes, que habían encajado mas de 100.000 bajas, hacia el interior de Polonia a fines de noviembre. Algunos asaltos alemanes en diciembre solo pudieron ser contenidos con dificultad, y en cualquier caso, una ancha franja fronteriza de la Polonia rusa estaba perdida.

FOTO. INFANTERIA RUSA CRUZANDO EL RIO VISTULA EN DICIEMBRE DE 1914

Las consecuencias inmediatas fueron una nueva promoción de Hindenburg y Ludendorff a mariscal de campo y teniente general, respectivamente, ascendidos personalmente por el mismísimo káiser, que viajó para la ocasión a la sede del "Oberost" en Posen.



En los Cárpatos se mantenía un precario equilibrio entre los rusos y los austrohúngaros. pero era la situación de  la estratégica ciudad de Przemysl la que acaparaba la atención. Antes de la guerra estaba poblada por ucranianos y polacos, con hasta un tercio de habitantes judíos. Sus obras de fortificación habían empezado después de 1815 de la mano de Franz von Scholl, pero fue a partir de 1861 cuando se levantaron los anillos exteriores. Su construcción fue llevada a cabo por Daniel von Satis-Soglio, mediante una serie de fuertes de acero y hormigón. El trabajo fue continuado y ampliado por Moritz Ritter von Brunner, que blindó los emplazamientos artilleros y las plataformas de control de tiro. El recinto fortificado de Przemysl había sido sitiado por lo rusos brevemente, en septiembre. Cuando empezó el segundo asedio el 11 de noviembre, en la ciudad el general H. Kusmanek von Burgneustatten, un alemán de Transilvania, comandaba una guarnición de 130.767 hombres con 21.484 caballos. La mayoría de los civiles habían escapado, pero todavía se encontraban en ella 30.000 habitantes y unos 2.000 prisioneros rusos.

Los austrohúngaros lanzaron patrullas agresivas, como la exitosa salida del teniente general Arpad Tamas el 14 de noviembre empleando 15 batallones golpeando hacía Irpin, al este del perímetro. Pero los problemas por la falta de ropa de abrigo de invierno pronto se hicieron notar. Las incursiones se fueron volviendo cada vez más arriesgadas.

Mientras la acción victoriosa de Limanowa efectuada por XIV cuerpo tirolés, ayudado por el VI cuerpo y una división húngara del Honved, sobre el 3º ejército ruso abrió la esperanza a una ruptura próxima del asedio. El día 15 de diciembre desde Przemysl 24 batallones de infantería y tres escuadrones de caballería irrumpieron osadamente sobre el cinturón de asedio ruso, pero tuvieron que renunciar al comprobarse la imposibilidad del 3º ejército austrohúngaro de enlazar con ellos debido a que los rusos lo habían frenado a 40 kilómetros de la ciudad.

El cerco ruso se fue recrudeciendo con fuertes combates en torno al IV distrito.  Después de la tregua navideña, los cálculos de las provisiones estimaban que se agotarían el 18 de febrero de 1915, si bien el sacrificio de 10.000 equinos podían alargarlas unas semanas. La guarnición disponible había descendido hasta los 127.811 soldados austrohúngaros a principios de 1915. Además estaba el problema de las enfermedades, que en marzo afectaban a 12.140 hombres.

Entretanto, los rusos habían construido vías ferroviarias alrededor del perímetro, conjurando así la posibilidad de incursiones exitosas. No obstante la 23º división del Honved efectuó una desesperada y catastrófica salida el 19 de marzo. Su fracaso precipitó el colapso final. Los depósitos de armamento y la estación de radio fueron volados por los defensores, que capitularon el día 22 de marzo de 1915. Nueve generales, 93 oficiales superiores, 7.500 oficiales y 117.000 soldados pasaron al cautiverio. Incluso más grave que estas pérdidas materiales fue el efecto que tuvo este desenlace sobre la opinión pública de la monarquía dual, que había seguido con gran expectación los avatares del sitio de Przemysl.

AUGE Y CAIDA DE LA FLOTA ALEMANA DEL PACIFICO: CORONEL Y LAS MALVINAS. PRIMERA VICTORIA DE VON LETTOW: TANGA

Después de la arriesgada travesía desde China hasta la isla de Pascua, la escuadra alemana en el Pacífico ( en origen el escuadrón de Asia Oriental ) puso proa al litoral suramericano, exactamente a las costas chilenas que vislumbró el 30 de octubre. 

Advertido el almirante Von Spee de la presencia temporal del crucero ligero inglés Glasgow en el puerto chileno de Coronel, dirigió prestamente a sus buques a la caza del aparentemente solitario navío . Lo que él ignoraba era la presencia de una escuadra británica mandada por el contralmirante C. Cradock en las proximidades. Varias semanas antes, entre las medidas adoptadas por el Almirantazgo londinense para localizar y destruir a los corsarios alemanes de superficie, se había reunido una flotilla en las islas Malvinas compuesta por el anticuado y lento (12 nudos) acorazado Canopus, los cruceros acorazados Monmouth y Good Hope, y los ligeros Glasgow y Otranto. Cradock rebasó el cabo de Hornos con su agrupación dividida en dos grupos a lo largo del mes de octubre. Consternado, comprobó la reducida velocidad de su barco más potente, que haría imposible cualquier persecución de la agrupación alemana sin prescindir del engorroso Canopus. Por lo tanto Cradock prefirió destacarse con sus navíos rápidos. El 1 de noviembre ya sabemos que el Glasgow fue localizado por sus enemigos; a las 16.50 ambas formaciones se avistaron.
 
El contralmirante inglés, tal vez precipitadamente, aceptó el combate en unas condiciones algo desfavorables: los alemanes sumaban 16 piezas del calibre 210 mm, frente a dos de 234 mm y diez de 152 mm que sumaban el Good Hope y el Monmouth. Los buques ligeros de ambas flotillas llevaban piezas de 102 mm y alguna de 152 mm Velocidad ( 22 nudos ) y blindaje de las principales unidades eran parecidos.

Navegando en paralelo con rumbo sur, a las 18.20 los germanos abrieron fuego sobre la línea británica que resaltaba nítidamente a poniente, mientras que ellos mismos se enmascaraban en la grisácea costa chilena al este.

FOTO. EL CONTRALMIRANTE CRADOCK
Pronto los artilleros y apuntadores del Scharnhorst y el Gneisenau centraron a sus rivales, que se vieron envueltos en llamas y estallidos, aunque también los alemanes recibieron a bordo algunos proyectiles de 152 mm El intercambio de tiro continuó hasta las 19.23 cuando explotaron los pañoles de municiones del Good Hope que destrozado, naufragó. En la persecución de las unidades restantes, el Monmouth fue rematado por el crucero ligero Nurnberg a las 21.00. El  Glasgow y el Otranto consiguieron escapar al amparo de la noche.

El balance era un desastre para los ingleses: se habían perdido dos cruceros acorazados y 1.650 vidas, incluida la del contralmirante Cradock. Solo hubo dos heridos alemanes.
FOTO. EL CRUCERO ACORAZADO GOOD HOPE
El 3 de noviembre la satisfecha flotilla germana echo el ancla en Valparaíso, Chile, festejada por los numerosos ciudadanos alemanes residentes en el puerto. Al día siguiente, cumpliendo los convenios internacionales para puertos neutrales que fijaban un plazo de 24 horas de permanencia para barcos beligerantes, zarpó de regreso al océano con un nuevo proyecto a la vista, pasar al Atlántico sur. El 2 de diciembre Von Spee y sus marinos, después de varias escalas y de capturar tres cargueros aliados, contemplaban el canal de Beagle. Fue en aquellos días cuando el almirante y sus capitanes de navío decidieron asestar un golpe de mano contra las instalaciones de Port Stanley en las Malvinas, el único depósito carbonero y de bastimentos en poder de los británicos en aquellas meridionales latitudes. Esta decisión le costaría muy cara a Von Spee: los escarmentados dirigentes navales británicos, Fisher y  W. Churchill, habían despachado con máxima urgencia el 11 de noviembre desde Gran Bretaña a las Malvinas a los cruceros de batalla Inflexible e Invincible al tiempo que cubrían otras posibles rutas de los alemanes movilizando en diversos puntos del Atlántico ( Ciudad del Cabo, Sierra Leona  ) y del Caribe a otras 30 unidades de la Royal Navy.

Los 2 grandes cruceros de batalla fondearon en Port Stanley el 7 de diciembre donde coincidieron con los restos de la fuerza de Cradock y otros cruceros acorazados allí destacados. Se dispusieron a carbonear antes de proseguir viaje al Pacífico según lo meditado por el jefe de la agrupación, el almirante Sturdee. Precisamente con muy pocas horas de diferencia, en la amanecida del 8 de diciembre el Gneisenau y el Nurnberg se aproximaron a la isla Gran Malvina preparados para ejecutar el previsto bombardeo , aguardados a escasa distancia por sus confiados compañeros de travesía. El ataque a Port Stanley nunca tendría lugar, porque los alemanes fueron recibidos por el formidable fuego de los cañones de 305 mm e intentaron seguidamente retirarse, perseguidos al poco tiempo por la agrupación enemiga.

MAPA. LA BATALLA DE LAS MALVINAS: DRAMÁTICO PUNTO FINAL DE LA SINGLADURA DE VON SPEE


El Invincible y el Inflexible gracias a su mayor velocidad ( 26 nudos ) lograron alcance balístico sobre la flotilla germana al cabo de varias horas de vibrante persecución. Lo que vino a partir de las 12.55 fue una repetición del encuentro de Coronel pero a la inversa. Von Spee, comprendiendo que el final era inevitable, ordenó a las 13.20 a sus cruceros ligeros dispersarse y tratar de escapar, mientras el viraba con su buque insignia, el Scharnhorst y con el Gneisenau para enfrentarse directamente con los cruceros de batalla. El feroz intercambio artillero se prolongó hasta las 16.17, cuando zozobró el Scharnhorst con toda su tripulación incluido el mismo Von Spee. El Gneisenau le seguiría a las 18.02, machacado a quemarropa por las baterías de 305 mm del Inflexible.

El Nurnberg y el Leipzig, perseguidos a su vez por los cruceros acorazados Kent y Cornwall fueron aniquilados a lo largo de la tarde. Solamente el Dresden logró a duras penas huir hacia el cabo de Hornos al amparo de la oscuridad nocturna. Aparte de las naves perdidas, perecieron unos 2.000 marinos alemanes y 215 quedaron prisioneros, frente a 1 muerto y 7 heridos ingleses. El solitario Dresden del capitán Ludecke deambularía por los canales de la Patagonia chilena y el Pacífico hasta el 14 de marzo de 1915, cuando escaso de combustible y acorralado por varios cruceros ingleses en la isla de Juan Fernández terminó por autohundirse tras un breve combate, y sus 315 marineros supervivientes internados por las autoridades chilenas. De este modo concluía la trágica aventura de la escuadra alemana del Pacífico.

A miles de kilómetros de distancia, en el continente africano, se intensificaba la que sería más larga y encarnizada de todas las luchas coloniales. El África Oriental Alemana ( Tanganyka ) era el asentamiento más poblado y con más recursos materiales de todas las posesiones de Berlín. Aunque cercado por tierra,  era su alargada y vulnerable costa del océano Indico la ruta de agresión más inmediata, especialmente gracias al control que ejercían los británicos de la cercana isla de Zanzibar. Existía un motivo añadido para actuar sobre el litoral: la presencia amenazante del crucero ligero Köningsberg  que se mantenía al acecho del intenso tráfico mercante aliado en los canales del delta  del río Rufiji ( el 20 de septiembre efectuó un salida y hundió a un crucero ligero enemigo ), y que obligaba a una escuadra aliada de 25 naves a velar constantemente en esas aguas.



El 31 de octubre de 1914 llegó a Mombasa las tropas angloindias de  la Indian Expedicionary Force B (  IEF B ) del comandante general A. E.Aitken, con casi 8.000 efectivos. Conviene reseñar que las fuerzas comprometidas eran de segunda categoría. Uno de los oficiales¡, Richard Meinertzhagen, las describía duramente: " Son lo peor de la India, tiemblo al pensar lo que pueda pasar si encuentran una seria resistencia (...) los oficiales veteranos parecen más fósiles que líderes activos y enérgicos ".  Su propósito era que desembarcaran en el puerto de Tanga, al noreste del Tanganyka, y se expandieran por toda la colonia alemana más tarde, en coordinación con la llamada fuerza IEF C que avanzaría desde la frontera de Kenia hacía la localidad de Longino.

Así, a las 7.05 del 2 de noviembre de 1914 el crucero ligero británico Fox entró en el puerto de Tanga y entregó un ultimátum a los alemanes. El arrojado coronel Lettow-Vorbeck, que acaudillaba a los alemanes del Tanganyka reaccionó con presteza y el 4 de noviembre nueve compañías Schutztruppen  acudieron a enfrentar el desembarco usando el ferrocarril del Norte; este, como otras operaciones anfibias de los Aliados, adolecía de improvisación y de una lentitud exasperante en llevarse a término. El desembarco había comenzado el 3 de noviembre de madrugada, pero hasta la noche del 4 de noviembre Aitken no se decidió avanzar sobre Tanga.  Divididos en dos columnas, avanzando casi a ciegas a través de densas masas de vegetación y sin haber desembarcado su artillería, los angloindios entraron en Tanga,  continuamente hostigados por el fuego de ametralladora de las fuerzas de Lettow emboscadas en los matorrales,  provocando un gran desorden entre los asaltantes. El caos fue completo en la noche del 4 al 5 de noviembre, con los angloindios retrocediendo hacia la cabeza de playa y buscando el amparo de la artillería del crucero Fox. Las pérdidas de las tropas de Aitken fueron de unas 1.000 a 2.000 bajas ( hay discrepancias en las fuentes ). El general británico fue degradado al rango de coronel a media paga tras el fiasco.

En la retirada, los ingleses dejaron en manos enemigas un arsenal que vino a aliviar las perentorias necesidades de equipo de los hombres de Lettow: 455 fusiles, 8 ametralladoras operativas y más de 500.000 cartuchos.

El fallido asalto inglés a Tanga proporcionó un amplio respiro a Tanganyka,  puesto que las energías de las tropas coloniales aliadas se concentraron en la reducción de Camerún y Namibia, y porque en Londres era clarísima la negativa a distraer un solo soldado del ejército metropolitano en la considerada como menor campaña de África. Por otro lado, en Berlín se aclamó a la figura de Lettow, que empezó a convertirse en un símbolo de la resistencia alemana en África, y que hechos posteriores elevarían a la categoría de mito.

AMPLIACIÓN: LA ORGANIZACIÓN DE LA SCHUTZRUPPEN EN EL ÁFRICA ORIENTAL ALEMANA