29.12.13

EL GOLPE DE ESTADO BOLCHEVIQUE : LA REVOLUCIÓN RUSA DE NOVIEMBRE DE 1917

La situación en Rusia tras el fracaso del golpe militar de Kornilov era muy confusa. El Gobierno Provisional estaba desbordado. Parte de sus funciones las compartía ( o eran usurpadas ) por el soviet de Petrogrado, y su carácter necesariamente transitorio estaba agudizado por la cercanía de las elecciones para la futura Asamblea Constituyente. La divergencia entre los partidos era manifiesta. Los social-revolucionarios controlaban la mayoría de los soviets urbanos y sobre todo rurales, pero su falta de cohesión interna se manifestaba en posturas caprichosas; los cadetes conservaban su apoyo en diversos grupos urbanos y rurales partidarios del régimen de marzo pero ansiosos de "orden". Los mencheviques perdía su anterior  influencia en los soviets pero la mantenían a nivel regional en algunas zonas del país, como Georgia. Los bolcheviques habían conseguido en septiembre una alentadora victoria electoral en el soviet de Moscú, y progresos considerables en el de la capital,  pero seguían siendo una clara minoría si bien con tendencia al alza.

 En muchas zonas de Rusia proliferaban desde septiembre las algaradas, motines y crímenes, especialmente en las provincias de Minsk, Mogilev, Vitebsk, la Rusia central y las comarcas del Volga. El ejército empezó ahora a descomponerse. Con su autoridad minada por las normas del Gobierno Provisional y el fracaso de Kornilov, muchos oficiales se refugiaron en una pasividad calculada para demostrar su hostilidad al gabinete Kerensky y para protegerse de las sospechas de los comités de soldados sobre su simpatía contrarrevolucionaria. Mientras, aprovechando ese vacío de poder, cientos de miles de soldados desertaban. El desabastecimiento de productos básicos a las ciudades empeoraba.

El triunfal  desembarco alemán en  las islas de Dago y Ösel a mediados de octubre encendió las alarmas sobre un posible asalto naval sobre Petrogrado. Kerensky y sus asesores barajaron la posibilidad de trasladar el gobierno a Moscú, pero  se descartó la idea ante los iracundos reproches del soviet de la ciudad del Neva, que les acusó de querer entregarla sin lucha a los alemanes.  Para hacer frente a la situación  a propuesta de los mencheviques se formó el 20 de octubre un Comité Militar Revolucionario emanado del soviet.

Era la oportunidad dorada para Lenin, que había retornado calladamente a Petrogrado a mediados de mes e intentaba convencer por todos los medios al Cómite Central de su partido para asestar un golpe de mano que depusiera al Gobierno Provisional  sustituyéndolo por una junta bolchevique. Esta postura produjo un áspero debate interno, puesto que Zinoniev, Kamenev y otros líderes bolcheviques creían que no contaban con suficiente apoyo popular y se arriesgaban a dar un pretexto a Kerensky para aplastarlos. Preferían  una vía legalista, intentando ganar todo el respaldo electoral posible en la próxima Asamblea Constituyente. Lenin en cambio consideraba quimérica esa esperanza, y confiaba en instaurar una dictadura en interes último ( supuestamente ) de las masas por la actuación expeditiva del partido bolchevique. Trotski se alineó con él y sugirió aprovechar la reunión del II Congreso de los Soviets que tendría lugar a primeros de noviembre porque daría al golpe un aire mas  genéricamente "obrerista" y no de partido concreto. Lenin superó las últimas resistencias internas amenazando con dimitir y puentear a la dirección oficial dirigiendose personalmente a las bases bolcheviques.

Lenin y sus seguidores pensaban  manipular el recién creado Comite Militar Revolucionario ( presidido por Trotski, precisamente ) y a las tropas de la guarnición urbana haciéndoles ver que debían oponerse a la contrarrevolución, y para ello utilizaron el rumor de que la guarnición iba a ser retirada de la ciudad con la excusa de enviarla al frente. Por supuesto, el plan conspirativo no pasó desapercibido. Los social-revolucionarios y mencheviques intentaron mediar a través de conversaciones para evitar este acto de fuerza. Kerensky, también sobreaviso, mas bien pensaba que la acción ilegal de sus enemigos políticos le permitiría reprimirlos fácil y definitivamente.

Los primeros pasos del golpe empezaron la noche del 3 al 4 de noviembre, cuando el Comite Militar Revolucionario, usando la legitimidad del soviet local,  impuso su criterio sobre las tropas de la guarnición ( alrededor de 150.000 hombres ), y el compromiso de que estas solo acatarían sus ordenes directas, ignorando las de sus teóricos mandos superiores. Tal vez la perdición de Kerensky fue su lenta respuesta, nacida de la autocomplacencia. Solo el 6 de noviembre dispuso movimientos de tropas hacia los puntos claves de la ciudad y proclamó el estado de sitio. Los golpistas le llevaban ámpliamente la delantera.

Aquella misma noche del 6 al 7 de noviembre las tropas seducidas por los bolcheviques se pusieron en marcha ocupando edificios gubernamentales clave, arsenales  y las oficinas de telégrafos y estaciones ferroviarias. Patrullas armadas con presencia de la milicia obrerista Guardia Roja ( adicta a Lenin ) cortaron los accesos a los puentes  que conducían al palacio de Invierno, sede del Gobierno Provisional. Los líderes bolcheviques  reunidos en el antiguo instituto para señoritas Smolny que servía de sede improvisada al soviet de Petrogrado coordinaban las actuaciones. El principal responsable de las mismas era Vladimir Antonov-Ovseenko ( ajedrecista y militar ), bajo las indicaciones de Trotski.

Después de que  el palacio de Invierno  fuera estrechamente cercado desde las 21.00 horas del día 7 de noviembre y del lanzamiento de  amagos de asalto, incluida una demostración artillera de fogueo del crucero Aurora, fondeado en el Neva, Kerensky escapó en coche por una entrada lateral, con la esperanza ( infundada ) de reunir más tropas adictas. Desalentados por esa noticia las pocas fuerzas leales: el batallón de mujeres, una agrupación de ciclistas y un pelotón de  inválidos de guerra que protegían el palacio evacuaron la posición, en la cual los golpistas entraron por ventanas y puertas menores capturando pacíficamente a los ministros, puesto que estos ordenaron al puñado de alumnos de escuelas militares que permanecían en sus puestos que no ofrecieran resistencia. Eran las primeras horas de  la mañana del día 8 de noviembre.

FOTO. UNA DE LAS SALAS SAQUEADAS DEL PALACIO DE INVIERNO TRAS LA IRRUPCIÓN BOLCHEVIQUE EL 7 DE NOVIEMBRE

 La respuesta de la población fue indiferente, casi considerándola otra crisis de gobierno. Más hostilidad mostraron los delegados  mencheviques y muchos social-revolucionarios que acudían al II Congreso de los Soviets que precisamente iniciaba sus sesiones ese día. Tras leer una tajante declaración de condena a los hechos acaecidos hacia solo unas horas abandonaron la sala, un gesto de inhibición que resultó contraproducente porque  los delegados bolcheviques presentes capitaneados por Trotski quedaron con las manos libres en el Congreso, bloqueando varias iniciativas que solicitaban un gobierno de concentración de varias fuerzas socialistas y dando en cambio  luz verde al nuevo poder.

 FOTO. LOS DOS PRINCIPALES INDUCTORES Y BENEFICIARIOS  DEL DERRIBO DEL GOBIERNO PROVISIONAL, LENIN Y TROTSKI ( AL FONDO DE LA ESCALINATA )

Así  el 8 de noviembre fue presentado el nuevo gobierno del  llamado Consejo de los Comisarios del Pueblo,  presidido por Lenin y con  Trotski en la cartera de Asuntos Exteriores, que promulgó de inmediato los decretos sobre la tierra y la paz, sus dos principales bazas políticas.

Documento de apoyo:  EL DECRETO DE LA PAZ EMITIDO POR CONSEJO DE COMISARIOS DEL PUEBLO EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1917

Entretanto Kerensky se había refugiado en Pskov, cuartel del frente Norte, donde recabó el auxilio del general Krasnov, jefe del III cuerpo de caballería. Pero este solo pudo reunir un millar de cosacos y unos pocos soldados de infantería, aunque llegó hasta el suburbio capitolino de Tsarkoe Selo el 11 de noviembre. Pero las esperadas tropas de refuerzo del frente Norte no acudieron, puesto que se declararon neutrales, y elementos de la Guardia Roja reforzados con miles de  marineros de Kronstadt  tomaron posiciones en los altos de Pulkovo bloqueando la carretera entre Petrogrado y la pedanía . Krasnov, sin artillería, se detuvo. La confraternización hizo sus efectos y la columna de cosacos cerró el trato de licenciarse y marchar a sus hogares en la cuenca del Don. Otras unidades pro-Kerensky más lejanas fueron bloqueadas por los sindicatos ferroviarios, incluyendo una división que había librado en Vinnitsa ( Ucrania ) un duro choque contra partidarios de los bolcheviques. Ante este estrepitoso fracaso y su aislamiento, Kerensky entendió que la única salida que le restaba era la huida y el exilio.

En Petrogrado, las noticias de la proximidad de Krasnov resucitaron las esperanzas de algunos de los alumnos de las Academias Militares que se oponían a la hegemonía bolchevique. Crearon un Comité de Seguridad Pública e intentaron recuperar el control de la ciudad. La misma mañana del 11 tomaron varios edificios, destacando el Hotel Astoria. Pero al atardecer fueron reprimidos a tiros por la Guardia Roja, que asesinó bestialmente a muchos de los cadetes apresados, un funesto presagio de lo que ocurriría en el país en los meses siguientes.

En otras partes del país, el traspaso de poder fue asumido con poca contestación inicial. La Guardia Roja de Moscú ocupó el Kremlin librando librando una serie de escaramuzas callejeras entre el  11 y el 15 de noviembre contra varios grupos opositores

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