23.2.13

DESESTABILIZACIÓN Y EXPECTATIVA: LA REVOLUCIÓN RUSA DE MARZO DE 1917

En el invierno de 1916-17 la situación era crítica en Rusia. El  propio zar Nicolás II concitaba un rechazo generalizado por la evolución desfavorable de la guerra, la mala gestión y la situación interna del país. En particular, el fermento de las masas urbanas era creciente debido al desabastecimiento y la inflación. Durante la primera semanas de 1917 Petrogrado fue escenario de constantes huelgas, cierres patronales, y grandes colas ante las tiendas de productos alimenticios.

El 8 de marzo ( 23 de febrero del calendario juliano vigente en Rusia ) una manifestación de mujeres con motivo del día internacional de la mujer se convirtió inesperadamente en una protesta multitudinaria contra el mantenimiento de la guerra y el gobierno autocrático zarista. Al día siguiente la huelga general en la ciudad se impuso como un hecho consumado. El sábado día 10 varias decenas de miles de operarios de las fábricas invadían las calles al grito de "Paz y Pan ". El domingo  11 de marzo ( 26 febrero juliano ) empezaron a agravarse los disturbios, con motines y tiroteos con la policía, mientras que empezaba la confraternización de los manifestantes con los soldados y la caballería cosaca. El Zar telegrafió desde su cuartel en Mogilev  exigiendo la supresión de los desórdenes y dispuso la disolución de la Duma. El comandante militar de Petrogrado, el general Tebenikin, que había permanecido al principio a la expectativa, intentó restaurar el orden con el ejército pero los soldados se pusieron de parte de los manifestantes que les gritaban "no disparéis" y "únete a nosotros"; una compañía del regimiento imperial Pavloski se enfrentó a una patrulla policial. El giro decisivo se produjo el lunes día 12 de marzo (27 de febrero juliano) cuando primero el regimiento Volinski y poco después el Lituania y el Preobrajenski se sublevaron a partir de las 7.00 de la mañana. Partidas de soldados e insurrectos asaltaron e incendiaron los cuarteles de la policía. En el regimiento Moscú hubo menos unanimidad y cierta resistencia de los oficiales y algunos soldados. Durante la tarde fue reducido el cuartel de las brigadas motociclistas con el uso de autos blindados, los regimientos Semenov e Ismail anunciaron su adhesión al movimiento a esas mismas horas. Al caer la noche la guarnición de la ciudad ( 150.000 hombres ) había desertado o plegado a la rebelión. Revolucionarios de diversos partidos y asociaciones se apoderaron de las estaciones de ferrocarril, las centrales telefónicas y los parques de artillería.

El jefe militar de la zona, general Jabalov tan solo conservaba la autoridad sobre una columna improvisada de 1.000 hombres, y solicitaba desesperadamente la llegada de refuerzos leales. Proclamó el estado de guerra,  pero admitió ante el general Ivanov, recien llegado con un batallón de georgianos desde el frente, lo desesperado de la situación puesto que los rebeldes controlaban la ciudad y toda la artillería, y que el comandante de Kronstadt, la base naval en la isla frente a Petrogrado,  le comunicaba en llamadas telefónicas sus dudas sobre la actitud de sus hombres. Jabalov intentó fortificar el Palacio de Invierno, pero al percibir como sus últimos hombres le abandonaban, se refugió en el Almirantazgo donde fue arrestado al día siguiente, el  13 de marzo ( 28 febrero juliano ).

El balance de pérdidas humanas se estimaba en 1.443 muertos y heridos.

Los hechos de marzo de 1917 según el judio bolchevique León Bronstein "Trotski", visión sesgada pero detallada.


Entretanto el zar Nicolás II viajaba en un tren hacia Pskov, depsués de ser desviado por ferroviarios que aseguraban que el camino hacia Petrogrado estaba cortado. En la capital, los soldados amotinados y los obreros se habían agolpado ante el Palacio Táurida, sede de la Duma, donde un comité provisional, encabezado por diputados liberales, había asumido el poder.  Tras algunas dudas por la incertidumbre, el presidente de la Duma, Mihail Rodzjanko, "cadete" ( partido de los monárquicos liberales ) formó un Comité de la Duma para  ofrecer una alternativa al régimen anterior.

El Cuartel general fue advertido de que la flota del Báltico y Kronstadt  estaban amotinadas, lo mismo que la guarnición de Moscú. El jefe de las Stavka, Alexeyev,  junto con otros altos jefes militares comenzaron a hacerse a la idea de sacrificar el zarismo para estabilizar la grave convulsión del país.

La que entonces se denominó "revolución de febrero"  agrupó a representantes de obreros, soldados y campesinos  bajo la influencia de mencheviques, socialrevolucionarios y en menor medida bolcheviques e intelectuales sin filiación clara en un  Soviet ( consejo ) de Petrogrado a imagen de lo acaecido en 1905 reunido en la sala 13 del propio palacio Táuride. A su vez el Soviet creó un comité ejecutivo, que decidió formar milicias y comités de barrio y publicar el diario "Izvestia". Tras un acuerdo entre este comité del Soviet y el  Comité de la Duma,  fue designado  un Gobierno Provisional, hasta la futura  adopción de una constitución democrática y la celebración de elecciones. El miércoles 14 de marzo ( 1 de marzo juliano ) el Soviet de Petrogrado pidió a todas las unidades militares que eligieran un soviet propio.  El primer Gobierno Provisional  fue presidido por el liberal Giorgi Lvov  con figuras de extracción burguesa como Pavel Miliukov como ministro de Exteriores y Alexander Guckov como ministro de la Guerra. El abogado Aleksandr Kerenski, afín al Soviet de Petrogrado y miembro del diminuto grupo de los trudoviques, se ocupaba de la cartera de Justicia.

 En la jornada siguiente, el Gobierno Provisional presentó un programa de diez puntos que instaba a la designación de cargos electos en los gobiernos municipales y la sustitución de la  policía imperial por milicias. Aquel mismo día  15 de marzo, despues de comprobar en un frenético intercambio de mensajes con el Estado Mayor y entrevistas personales con el general Ruszki ( jefe del frente Norte ) que carecía del respaldo de las fuerzas armadas,  Nicolás II abdicó en nombre propio y el de su hijo el zarevich Alexis, en favor de su hermano, el Gran Duque Miguél. Tampoco él consiguió recabar apoyos y abdicó a las pocas horas.

El Gobierno Provisional fue reconocido inmediatamente, el  24 de marzo ( 11 de marzo juliano ),  por los Aliados, muy interesados en mantener a Rusia en la guerra. Además conjeturaban que si Rusia se convertía en una república democrática parlamentaria, de cuño liberal las líneas ideológicas quedarían solventadas entre un campo de democracias liberales ( Aliados ) frente al campo de las semiautocracias ( Potencias Centrales ). EE.UU, próximo a involucrarse en las hostilidades, fue  de hecho el primer gobierno que  reconoció el nuevo régimen ruso, el 22 de marzo, alentado también por el potente grupo de presión judio.

Las nuevas autoridades, invocando los compromisos bélicos anteriores y bajo la afirmación de que no podía haber una paz honrosa mientras hubiera fuerzas enemigas en suelo rusos optaron por seguir en el conflicto. Los suministros militares estaban fluyendo en grandes cantidades. De algún modo, se pensaba que el entusiasmo del fenómeno democrático compensaría el agotamiento y el hastío del conflicto con las Potencias Centrales.




17.2.13

LA RESISTENCIA DEL AFRICA ORIENTAL ALEMANA EN 1916 ( II PARTE )

La profundidad de la ofensiva de Smuts, sin conseguir eliminar a su hábil contrincante, si que provocó una separación en dos de los alemanes, aislando al frente oeste de la colonia de Lettow y sus tropas en el sur. En el oeste, enfrentados a los belgas, estaban 2.000 hombres bajo la dirección de Wahle. El comandante belga Tambeur, cumpliendo su parte de la ofensiva general pactada con los británicos, había reunido en abril-mayo de 1916 en la frontera del Congo una “Force Publique” de 719 blancos y 11.698 negros, repartidos en una brigada al norte del lago Kivu dirigida por Molitor, otra brigada en Russissi dirigida por Olsen, y una guardia cubriendo las orillas occidentales del lago Tanganyka. 

En un preliminar de las hostilidades, Tambeur había propuesto el 5 de abril de 1916 un armisticio, en cuyos términos los belgas trataban de obtener una justificación moral presentándose como víctimas de una agresión de sus vecinos coloniales alemanes. El 12 de abril se entabló el primer choque en Russissi, a partir del cual los belgas iniciaron sus operaciones, que solo encontraron una leve oposición. El comandante alemán de Kigali, Wintgens,  amenazado por  Molitor, ordenó el abandono de la ciudad  a sus tres compañías el 2 de mayo, y Olsen capturó  sucesivamente Nyanza el 21 de mayo y girando al sur, Kitega el 17 de junio, con lo cual el reino de Ruanda quedaba totalmente ocupado y se irrumpía en el vecino reino de Urundi. Aunque los habitantes locales en principio no los recibieron con malos términos, las relaciones empeoraron bastante debido a las feroces requisas de los askaris belgas, impelidos por  la ausencia de un sistema estable de suministros en las columnas de Tambeur, que tenían que vivir sobre el terreno.

CHARLES TAMBEUR, COMANDANTE DE LAS TROPAS COLONIALES BELGAS EN EL CONGO.

Apoyando a las tropas británicas de Rhodesia se apostó en el lago Tanganyka una flotilla  bajo el mando del díscolo oficial de marina G. B Spicer-Simson, fuerte en dos cañoneros enviados desde Ciudad del Cabo vía Elisabethville en piezas desmontadas. Por su parte los alemanes armaron los pequeños vapores "Hedwing Von Wissmann" ( de 20 toneladas ), "Kingani" , " Wami" y especialmente  el “Graf von Goetzen ” de 1.200 toneladas y con un cañon  de 105 mm. Spicer-Simson se mostró renuente a colaborar con los belgas, y prefirió mantenerse en la zona meridional del lago.


La prioridad del gobierno belga era la toma de Ujiji y dominar el lago Tanganyka, misión que correspondía a Olsen. Los británicos de Uganda, bajo la dirección de Crewe, esperaban el apoyo de Molitor para reducir Mzawa y despejar de alemanes el lago Victoria. Una vez cumplido ese requisito, desde Ujiji y Mzawa Crewe sugería cerrar una tenaza sobre Tabora.

Olsen se movió con rapidez: se estableció en Usumbura, a orillas del lago y entró en Ujiji sin resistencia, mientras Wahle reagrupaba a su gente al norte de Tabora. En el norte Mzawa capituló el 14 de julio de 1916. Entretanto Crewe acumuló 2.800 soldados y 10.000 porteadores.

A primeros de agosto Meliton y Crewe encontraron a Wahle concentrado en Shinyanga y lo desalojaron rápidamente. Tombeur veía al alcance de la mano la captura de la capital provisional del África Oriental Alemana, pero la derrota de un batallón de Olsen en Mabama introdujo ciertas dudas en el plan convergente sobre Tabora. A pesar del contratiempo, las dos brigadas belgas establecieron contacto el 14 de septiembre en las inmediaciones de Lulanguru. Conocedor de la amenaza gracias a las interceptaciones de radio, Wahle acampó con sus menguadas fuerzas (1.100 fusileros) en Itanga, vigilando al enemigo. Pronto supo que la ofensiva definitiva del enemigo estaba prevista para el 19 de de septiembre. Los alemanes abandonaron su posición al amparo de la oscuridad. La conquista de Tabora marcó el limite de las ambiciones belgas. Las restricciones logísticas y los condicionantes políticos ataron a Tombeur a la ciudad. El 3 de octubre el contingente de Crewe fue disuelto. Mientras Wahle se dirigió al sureste tratando de incorporarse a Lettow.

Parecía que los alemanes se estaban refugiando en el sur de la colonia después de perder el Ferrocarril Central. Esto revalorizó las operaciones del general de brigada Edward Northey desde Rhodesia del Norte. Emprendió la ofensiva con 2.500 hombres el 25 de mayo. Si los trastornos logísticos habían empañado las expediones de Tombeur y Smuts, la posición de Northey era aún peor. El alejamiento entre su cabecera de ferrocarril  en Ndola y su base en Kasama era de 730 kilómetros. Todos los caminos eran inadecuados para el tráfico rodado. Era imprescindible recurrir masivamente a los porteadores locales de Nyasaland. Entre abril de 1916 y marzo de 1917 hubo que emplear nada menos que 138.930 porteadores. Esto provocó el caos en la economía local y un debate contradictorio entre las demandas del gobernador de Rhodesia del Norte  C.A. Wallace, la Compañía Británica de África del Sur, los plantadores y las necesidades de la población local. Para paliar el caos se recurrió al transporte con 2.000  canoas entre Ndola y Kasama tripuladas por 12.000 remeros.

El 4 de junio Northey estaba en territorio alemán, en Neu Langenburg, y se dirigió hacia el noreste, hacia Iringa.  Lettow pensaba que tenía una oportunidad debido al relativo aislamiento de Northey respecto al resto de fuerzas aliadas.  A pesar de destinar 5 compañias a tal propósito el 24 de julio Braunschweig,  jefe de esas fuerzas, fue derrotado en Malangali, al suroeste de Iringa.

Aunque Northey estaba subordinado a la Oficina Colonial y no al general  Smuts, intentó coordinar sus movimientos con él. El 27 de agosto Smuts le pidió que capturara Iringa e impidiera que Lettow volviera a escabullirse en esa dirección. Pero Northey estaba en apuros, con sus columnas dispersadas en un frente de 160 kilómetros entre Lupembe e Iringa, y sin expectativas de recibir apoyo por el norte de la 2º división de Deventer, como deseaba. A fines de septiembre disponía de 3.800 hombres, pero cada vez mas desparramados, con uno fino hilo de 17.000 porteadores impredecibles. Ahora se enfrentaba a Kraut y 2.450 fusileros estacionados en Mahenge, a los que se incorporó Wahle después de la caída de Tabora y una difícil retirada, en la que había tenido que ir cosechando durante la marcha para abastecerse, puesto que sus porteadores y parte de sus askaris habían desertado. Cuando el 9 de noviembre Wahle tomó contacto con una patrulla de Kraut, solamente le quedaban 750 hombres  pero armados todavía con 4 cañones y 15 ametralladoras. Juntos disponían en total de 350 blancos, 3.000 askaris, 9 cañones y 39 ametralladoras.  Su objetivo era proteger los cultivos en torno a Mahenge y recuperar al menos el área de Ubena. 

A lo largo de noviembre de 1916, Northey se vio envuelto en una nube de escaramuzas desfavorables. Al menos, recibió finalmente apoyo de Deventer , que tomó a su cargo en diciembre Iringa, con lo que Northey pudo reagrupar a su contingente en el sector Songea-Lupembe.

Al mismo tiempo afluían los refuerzos aliados. La incorporación de tropas negras procedentes de otras posesiones del África Británica se estaba incrementando en detrimento del protagonismo de los sudafricanos blancos. Desde julio de 1916 se habían unido a las operaciones el regimiento de Costa de Oro (Ghana) y el regimiento de Nigeria, veteranos de la campaña contra los alemanes del Camerún. Por otra parte los Fusileros Africanos del Rey habían crecido hasta engrosar 20 batallones en febrero de 1917.

Una nuevo salto anfibio aliado tuvo lugar en Kilwa en septiembre. La división de Hoskins fue transportada en los dos meses siguientes a este puerto, pero su ambicioso plan de penetrar hacia el interior y flanquear la posición de Lettow en el Mgeta quedó  frustrada como en ocasiones anteriores  por las lluvias, los humedales y las plagas de mosca.

Los bombardeos sudafricanos estaban castigando severamente las posiciones del Mgeta, pero Lettow atacó el 5 de diciembre a los ingleses que habían tomado Kibata, librando una dura batalla con profusión de fuego artillero. De resultado indeciso, la ofensiva se apagó el 21 de diciembre. Lettow había impedido así la caída de Liwale y demostrado que conservaba su capacidad combativa,  pero sus tropas acusaban el desgaste y para Nochevieja solo disponía de 1.100 europeos y 7.300 askaris.  Entretanto la posición en Mgeta había quedado casi desguarnecida. El 1 de enero de 1917 Smuts atacó desde el oeste. Cruzó el Rufiji el 17 de enero, pero Lettow se había escabullido nuevamente del cerco deslizándose entre Hoskins y Smuts. La crecida del Rufiji y los crecientes empantanamientos por las lluvias le obligaron a dar el alto. Fue su última decisión en esta campaña, puesto que le aguardaba una nueva responsabilidad. Ya el 27 de diciembre anterior se le había notificado su nombramiento como representante de Sudáfrica en el Gabinete Imperial de la Guerra en Londres. El 20 de enero se despidió de sus asesores y abandonó África.
FOTO. EL GENERAL JAN SMUTS, JEFE DE LAS TROPAS BRITÁNICAS DURANTE LA INVASIÓN DEL AFRICA ORIENTAL ALEMANA HASTA ENERO DE 1917

En su palmarés podía proclamar que el 75% de Tanganyka había quedado ocupado, con lo que el mérito de la conquista era indudable. Pero no había podido alzarse  con la victoria en el pleno sentido de la palabra, ya que el ejército de Lettow seguía activo y no había podido atraparlo a pesar de su evidente superioridad numérica y de material. La reputación de Smuts se había fortalecido y su proyección política se consolidó (sería uno de los principales dirigentes de la Unión Sudafricana terminada la guerra), pero a principios de  1917 el desafío seguía abierto en el África Oriental.





16.2.13

PLENA MUNDIALIZACIÓN DE LA GRAN GUERRA: ESTADOS UNIDOS SECUNDA A LOS ALIADOS



Ante el estallido de la lucha en Europa la opinión pública estadounidense se había dividido. Los habitantes de ascendencia anglosajona y los círculos ideológicos liberales de la costa Este tendían a exaltar a Gran Bretaña y Francia. Muy pronto  grupos de voluntarios vía Canadá se alistaron en el ejército británico. De ellos surgieron la escuadrilla Lafayette y el Cuerpo Auxliar de Camilleros, en los cuales ciudadanos norteamericanos se implicaron en los frentes de acción. Por otro lado, muchos americanos de las amplias praderas rurales se mostraban escépticos con ambos bandos, el amplio colectivo de origen alemán solían inclinar sus simpatías a los Imperios Centrales, y el de origen irlandés era lo suficientemente antibritánico como para rechazar tajantemente un acercamiento a Londres. Pero todos ellos compartían  desdén por la mezquina rebatiña de  lindes, como era calificado el conflicto europeo, pensamiento que al principio compartía el ambiente político de Washington. Ejemplo de esa mentalidad fue el viaje del “barco de la paz” patrocinado por el empresario Henry Ford para denunciar lo que los pacifistas denunciaban como una enorme tragedia. El 4 de diciembre de 1915 se embarcó con 20 personas de su equipo, 50 pacifistas mas o menos estrafalarios y 57 periodistas rumbo a Europa. El 19 de diciembre llegó a Noruega y allí se mostró inoperante por las querellas absurdas entre sus tripulantes (  Ford se retiró el 24 de diciembre ) y sus iniciativas desdeñadas y fácilmente ridiculizadas.

¿ Cual era la actitud del gobierno? Thomas Woodrow Wilson,  jefe del partido demócrata había obtenido la presidencia el 4 de marzo de  1913 al derrotar en las pasadas elecciones del 5 de noviembre de 1912 a los divididos republicanos ( entre el ala oficial de Taft y la disidente de Theodore Roosvelt ), al conseguir 6.300.000 votos,  el  42% del censo. Wilson era un erudito profesor de Historia y  economía  política en la universidad de Princenton, que pasó a la política activa como gobernador de Nueva Jersey en 1910, donde se mostró independiente, con un estilo ascético y muy entregado al modelo ético.  Al poco de estallar la crisis bélica, Wilson proclamó la neutralidad de EE.UU. “ Debemos ser neutrales tanto de hecho como de palabra (…) debemos ser imparciales tanto de pensamiento como de obra; hemos de contener nuestros sentimientos”. Pero ante las realidades cotidianas esta altisonante declaración, muy en la característica idiosincrasia de Wilson ( que tenía una elocuencia de predicador ) quedó en papel mojado.  En el invierno de 1914-15 estaba claro que la guerra se prolongaría. Para los beligerantes se hacía crucial la acumulación de material militar y de consumo civil. En noviembre de 1914 representantes de la banca privada norteamericana ( por ejemplo, la Morgan ) comenzaron a negociar con Londres la financiación de las compras de suministros bélicos y material civil de la Entente a EE.UU. Desde primeros de 1915 llovieron los pedidos de todo tipo que hicieron florecer la actividad de múltiples sectores económicos norteamericanos. Ese flujo de negocios solamente podía establecerse con los Aliados, puesto que el bloqueo del Mar del Norte y el Adriático por la Royal Navy dejaba a los puertos alemanes y austro-húngaros fuera de juego. 


 
IMAGEN.THOMAS WOODROW WILSON, PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS ENTRE 1912-1920

Es cierto que el bloqueo provocó algunos roces puesto que EE.UU defendía el principio de “libertad de los mares” vigente hasta la fecha. Alemania pudo al principio adherirse a ese principio, esperando así indisponer a Gran Bretaña con EE.UU, y de hecho se produjeron algunas notas oficiales con quejas norteamericanas por las interferencias  provocadas por el bloqueo a las exportaciones de alimentos con destino a los Imperios Centrales. Sin embargo,  la influencia de los grupos financieros pro-Aliados en Washington suavizaron el tono de esas protestas. Y por otro lado, esos mismos productos  siempre podían ser comprados por “otros” clientes: los propios Aliados. 

En 1915 se concedieron 500 millones de dólares en créditos a los países de la Entente, y hacía 1917 el montante ascendía a unos 4.000 millones. A los Imperios Centrales solo se les había prestado 20 millones en esa fecha. En Berlín cundió el disgusto al comprobar que la neutralidad de EE.UU solo servía en la práctica para que ser convirtiera  en el principal aprovisionador y  banquero de sus enemigos. No obstante, también podía argumentarse que por esto mismo, Washington no necesitaba correr riesgos y le convenía mantenerse al margen de una implicación directa en tanto el conflicto permaneciera indeciso.

Un factor emocional y moral podía cambiar eso. La guerra submarina podía ser el método para impedir que los Aliados se abasteciesen. Hasta febrero de 1915 los sumergibles germanos habían actuado de acuerdo más o menos  de acuerdo a la ley de presas vigente ( elaborada sin tener en cuenta la posible función corsaria del por entonces inédito submarino ), pero el 4 de febrero se anunció que en las aguas británicas todo mercante podía ser hundido. Esta primera campaña concluyó con el incidente del “Lusitania”. 
Este doloroso asunto fue aprovechado por los intervencionistas pro-Aliados para hacer una campaña mediática a favor del “estado general de  preparación para la guerra”. Aunque presentada como una actitud defensiva, esta “Preparación” suponía en si misma un rearme,  acompañado de un tono cada vez más exigente sobre Alemania.  A finales de 1915 Wilson presentó un programa para el incremento del poder militar, y en enero de 1916 hasta realizó una gira para justificarlo. Con la aquiescencia del gobierno ( aunque con fondos privados ) en la localidad de Plattsburg se iniciaron unos cursillos intensivos para preparar 1.200 oficiales voluntarios , ejemplo que fue seguido por otros “Plattburgs” en varios puntos del país. Los intervencionistas estaban bien representados tanto entre las filas  demócratas ( el secretario de Estado de Wilson, Robert Lansing, era un declarado  aliadófilo ) como entre las republicanos,  particularmente vociferantes. Roosvelt en particular descalificó a Wilson tildándole de débil que ponía en peligro los intereses de la nación,  y que debía evitarse que EE.UU fuera un país impotente.

Siempre será un enigma cuales fueron las verdaderas intenciones de Wilson en aquel periodo. Cierto es que paralelamente a su creciente apoyo a la “Preparación” también incrementó sus gestiones diplomáticas aparentemente mediadoras,  enviando a uno de sus consejeros de confianza, el coronel House, de visita por Europa a principios de 1915 y de nuevo un año más tarde, en favor de la convocatoria de una conferencia de paz.

Al agotarse su mandanto, Wilson se presentó por su partido el 14 de junio de 1916 con un programa basado en la necesidad de mantener a su país apartado del conflicto mundial. De hecho, uno de los eslóganes demócratas fue “Él nos mantuvo fuera de la guerra”, con lo que captó el voto antibelicista, aunque personalmente se guardó muy mucho de prometer  que renunciaba a implicarse definitivamente. Su oponente era el republicano C. E. Hughes, incoloro ex -gobernador de Nueva York y anterior juez del tribunal supremo, en torno al que se arremolinaron los intervencionistas pro-Aliados.  En las elecciones del 7 de noviembre de 1916 Wilson fue reelegido con 9.100.000 sufragios y el 49,1 % de porcentaje. 

Así,  en consonancia con su programa, el presidente formuló el 18 de diciembre de 1916 una declaración solicitando una definición de los objetivos de guerra de los beligerantes. Obtuvo una repuesta esquiva de los Aliados y de los Imperios Centrales, pero el canciller Bethmann recogió el guante y solicitó una conferencia de paz sin términos previos. Ante la imposibilidad de conciliar las posturas Wilson estableció en un mensaje al Congreso el 22 de enero de 1917, la solicitud de una paz sin vencedores ni vencidos, sin anexiones ni reparaciones. El 31 de enero se anunció la reanudación de la guerra submarina alemana sin restricciones y después del torpedeamiento el 3 de febrero de los cargueros norteamericanos “Housatonic” y “Eavenstone”, Washington rompió relaciones con Alemania. 

A esta escalada de tensión siguió una pausa, pronto rota por un incidente diplomático. El 19 de enero el ministro de exteriores alemán, A. Von Zimmermann, había enviado un telegrama cifrado al embajador alemán en Méjico, Von Eckardt en el que le solicitaba que convenciera al presidente Venustiano Carranza para que en caso de adhesion de EE.UU a los Aliados, se instituyera una alianza germano-mejicana. A cambio, Alemania ofrecía a Méjico la recuperación de los territorios perdidos en 1848 ante su vecino septentrional,  a saber, Texas, Arizona y  Nuevo Méjico, garantizando la derrota de la coalición enemiga con la guerra submarina., e incluso se especulaba con una alianza japonesa. Esta propuesta venía a cuento de las tensas relaciones entre ambos países americanos desde el inicio de una caótica revolución al sur de Rio Grande. Los incidentes habían menudeado, especialmente desde las incursiones de Pancho Villa en la ciudad lindera de Columbus el año anterior y la consiguiente respuesta en forma de “invasión  ( tolerada por el gobierno Carranza ) de 10.000 soldados norteamericanos bajo el mando del general John Pershing en una persecución fracasada sobre  Pancho Villa. La verdad es que como jugada estratégica la propuesta de Zimmerman era absurda y ridícula vista la escasa capacidad militar y las luchas internas que sacudían Méjico, y la alta improbabilidad de que el acosado gobierno de Carranza mordiera el cebo. Pero lo peor para los Imperios Centrales no fue la propuesta en sí, sino las manos en las que cayó.

Puesto que no había comunicación directa con Méjico, el mensaje fue transmitido a la embajada alemana en Washington  vía embajada norteamericana en Berlín. Los ingleses tenían los cables pinchados y la sección de inteligencia Room 40 descifró su contenido ( como venía haciendo habitualmente ) El día 3 de febrero el embajador americano en Londres Walter Page recibió una copia de un mensaje en el que se ordenaba a Von Bernstorff abandonar su embajada. Wilson movilizó a la U.S. Navy para proteger sus mercantes y endureció su tono, pero los británicos, considerando que había que echar mas leña al fuego,  el 24 de febrero revelaron a Page el contenido del “telegrama Zimmerman”. El día 28 esa nota llegó a las redacciones de la prensa norteamericana con el revuelo que era de prever en la opinión pública. Era evidente que la ruptura final entre Alemania y EE.UU estaba al caer. El 5 de marzo Page le advirtió a Wilson del riesgo de una bancarrota en caso de que los Aliados fueran vencidos. El 9 de marzo el Congreso autorizaba el artillado de los mercantes propios. El 31 de marzo el almirante Sims y su consejero,  el comandante Babcock, partieron con destino a Liverpool de incognito para coordinar las futuras operaciones comunes.


IMAGEN. EL PRESIDENTE WILSON SOLICITANDO ALCONGRESO  LA DECLARACIÓN DE GUERRA A ALEMANIA EL 2 DE ABRIL DE 1917

El día 2 de abril de 1917 Wilson solicitó al Senado y al Congreso la declaración de guerra al II Reich.  El día 6 de abril se aprobó  la declaración de guerra por 373 votos a favor y 50 en contra en el Congreso y más contundentemente en el Senado por 82 a 6 . EE.UU intervenía finalmente  en la Gran Guerra con la fórmula de "poder asociado"  a los Aliados ( aunque curiosamente no declararía la guerra a Austria-Hungría hasta diciembre de 1917)  Inmediatamente destacamentos armados se apoderaron de los 114 navíos alemanes internados en territorios bajo control estadounidense. Serían muy necesarios para cuando hubiera que transportar el futuro ejército expedicionario americano ( A.E.F.) a Europa.

Ese mismo día también se solicitó la asignación de 3.000 millones de dólares para movilizar de inmediato a un millón de hombres en una gigantesca operación. La maquinaria de la potencia norteamericana comenzaba a ponerse en marcha. De momento su poder terrestre era modesto, unos 108.000 soldados y 132.000 miembros de la Guardia Nacional. El poderío naval era más convincente, la tercera flota de guerra del mundo

Ahora la gran pregunta que todos se hacían era: ¿ Cuanto tiempo  tardaría la potencia yanqui en estar dispuesta para actuar realmente sobre los acontecimientos bélicos?

5.2.13

LA RESISTENCIA DEL AFRICA ORIENTAL ALEMANA EN 1916



La colonia alemana del África Oriental (Tanganyka) demostró una elevada capacidad de improvisación para superar las limitaciones que imponía el aislamiento de la metrópoli, como se demostró en el combate de Tanga del 2 al 6 de noviembre de 1914, cuando fue  repelido  un desembarco de tropas coloniales indias. A pesar de esto, los británicos aguardaron a una próxima  oportunidad, y de momento se limitaron a atajar las incursiones fronterizas de las partidas germanas, en episodios como la batalla de Jassin entre el 18-19 de enero de 1915.


                          EL GENERAL RICHARD WAPSHARE ( 1860-1932 )   


En febrero de 1915 el comandante general Richard Wapshare, a cargo del  África Oriental Británica ( Kenia ) desde el mes de noviembre anterior, recomendó la construcción del ramal ferroviario de Voi a Tareta, localidad en la línea fronteriza como paso preliminar para una ofensiva. En la Oficina Colonial londinense existía un creciente interés por neutralizar a los alemanes del Tanganyka, después de que las incursiones enemigas hubieran creado una franja desolada en la Rhodesia del Norte y devastado la frontera entre Kenia y Tanganyka saboteando los ferrocarriles,  provocando el éxodo de 5.000 refugiados.

El nuevo jefe de la Oficina Colonial, Bornar Law, consideraba que restablecer el prestigio británico pasaba obligatoriamente por reducir el enclave alemán. Los celos ante la mayor actividad desplegada por los belgas al comienzo del conflicto en el escenario africano también pesaron.

Como punta de lanza se disponía de las tropas sudafricanas, en su mayoría boers, libres tras culminar la sumisión de la Namibia germana. Estas tropas eran muy valoradas,  hasta el punto de que el Consejo de la Guerra en Londres había meditado desplazarlas al frente occidental europeo, u al menos a Gallipoli. El temor a levantar susceptibilidades en las delicadas relaciones con los boers desaconsejó dicha idea. Políticamente era mucho más vendible emplearlas dentro del propio continente africano.

El Consejo  con la aprobación del Archibald Murray, jefe del Estado Mayor Imperial, soslayó al ministro de la Guerra aprovechando una de sus  ausencias y acordó el envío como refuerzo de 10.000 efectivos  que se sumarían  a los contingentes locales para una  expedición que se emprendería antes de las lluvias de abril de 1916. Ante el hecho consumado Lord Kitchener finalmente transigió  conformándose con la seguridad de que no serían trasladadas tropas británicas, imprescindibles en los frentes principales. Se acordaron dos fases operativas, la primera en marzo y la segunda en junio después de la pausa de la estación lluviosa, en la que se actuaría hasta las últimas consecuencias. 

 Los británicos tendrían a su disposición en Kenia  73.300 hombres en total. Frente a ellos, los servicios de información estimaban que los alemanes alineaban a  2.200 blancos y 25.000 askaris negros. Los blancos eran una mezcla de milicia compuesta por colonos y funcionarios, unos cuantos militares profesionales, y los marineros del varado crucero ligero "Koenigsberg".

 Un aliento muy necesario para los aislados alemanes  se produjo el 16 de marzo, cuando el vapor "Marie" burló el bloqueo Aliado orquestado por el almirante Charlton con el acorazado pre-dreadnought " Vengeance", y llegó al estuario del Lindi, con una cantidad de suministros modesta pero trascendental en el escenario africano: 4 piezas artilleras de 105 mm, 2 piezas de 75 mm, 4 ametralladoras, 3 millones de cartuchos, 200 fusiles, y medicinas e instrumentos.

 En principio había sido designado para dirigir la campaña en Kenia el general Horace Smith-Dorrien, veterano del frente occidental, pero una enfermedad cuando se desplazaba  a Mombasa suscitó su reemplazo. El plan original de Smith-Dorrien disponía atacar en tres frentes ( Kenia, Congo belga y Rhodesia del Norte, arrastrar así Lettow al oeste y desembarcar una brigada en Dar-es-Salaam o Tanga, apoyada por cuatro cruceros.

En cambio el plan de su sucesor, el general sudafricano Smuts estaba  basado en los movimientos, en los que jugaría un papel esencial la caballería, más que en la lucha propiamente dicha, priorizando el control del territorio más que en la destrucción de la fuerza militar del adversario, Asimismo, descartaba o reducía los desembarcos. Smuts procedió a nombrar su propio estado mayor sustituyendo progresivamente a los comandantes previos de Smith-Dorrien ( Tighe, Malleson y Stewart ) por hombres sudafricanos de su confianza ( Deventer, Brits y Enslin ) 

Smuts conservó la idea de quebrar la primera línea alemana con un ataque doble en torno al Kilimanjaro aunque  concentró su potencial para el golpe en el este para forzar el desfiladero Ngulu. Por fin la primera fase de la campaña empezo el  7 de marzo, cuando la brigada montada de Deventer se puso en marcha sobre Chala-Salcita, provocando el repliegue alemán sobre Reata y Latema. La 2º división de Tighe conectó el 14 de marzo con la 1º división de Stewart en Moshi. La 1º división había empezado ha desplazarse por el oeste del Kilimanjaro el 3 de marzo aunque había padecido dificultades de suministro, ralentizándola.

Al mismo tiempo se iniciaron los ataques convergentes pero independientes del brigadier Northey ( que respondía ante la Oficina Colonial, y no ante Smuts ) desde la Rhodesia del Norte y de los belgas de Tombeur sobre Ruanda y Urundi. Simultáneamente se abría la posibilidad de la contribución portuguesa al entrar en guerra el gobierno de Lisboa.

Lettow se retiró levemente hasta el río Ruvu, en la esperanza que sus afluentes infestados de cocodrilos dificultarían su cruce. Smuts quería rebasarlo enviando a Deventer de Moshi a Kahe.

MAPA. OPERACIONES INICIALES A PRINCIPIOS DE 1916

Sheppard fue puesto ahora al mando de la 1º división. Lettow ajustó sus posiciones al sur del Ruvu durante la noche del 21 al 22 de marzo. Se suspendió la campaña contra el ferrocarril norte por el inicio de las estación de las lluvias.

Smuts y sus oficiales estimaban que Tabora sería el pivote de la resistencia de Lettow, puesto que el gobernador Schnee se había trasladado allí por la exposición de Dar-es-Salaam.  Lo que desconocían es que, a fines de abril , el gobernador y Lettow habían acordado no replegarse a Tabora , sino a Mahenge, en el sur.

Finalmente Smuts prefirió descartar los desembarcos en Tanga, por escaso valor estratégico, y en Dar-es-Salaam por condiciones geográficas poco propicias. 

Se barajó la posibilidad de marchar desde Mwanza  a Tabora, pero se decidió perseguir a las tropas alemanas y se marchó a su encuentro en Kondoa Irangi. Se reestructuraron las fuerzas agrupándolas en tres divisiones cada una provista de una brigada de caballería y una de infantería, insistiendo en la movilidad sobre la potencia de fuego siguiendo el modelo que tan buenos resultados había dado en Namibia el año anterior. Pero este axioma chocaba con los estragos causados por la mosca tsetse entre los caballos: en mayo una de las brigadas había perdido 1639 cabalgaduras y 748  estaban enfermas, de un inicial de 3.894 caballos en marzo. Hábilmente,  los alemanes procuraban que sus perseguidores  atravesasen regiones  endémicas de la tsetse.

Pero también los alemanes sufrían los rigores del territorio. En Kondoa Irangi, durante las lluvias, el imprescindible contingente de 20.000 porteadores quedó diezmado por la disentería y las enfermedades respiratorias.

La 2º división ahora bajo el mando de Deventer, se enfrentaba a Von Lettow, que por su parte era fuerte en ocho compañías con 4.000 fusileros, en tanto que Kraut se mantenía amenazadoramente en las montañas Pare con 2.400 hombres. De hecho Lettow se sintió tan fuerte que lanzó un asalto el 9-10 de mayo, pero fue repelido con graves pérdidas, hasta un tercio de sus fuerzas.

 Los alemanes renunciaron al ferrocarril del Norte. Algunos de los oficiales de Smuts le conminaron arriesgarse a una batalla frontal para apoderarse del tramo del ferrocarril Central en Dodoma. Pero Smuts, cambiando su estimación original,  dio máxima prioridad a asegurar las montañas Pare y el ferrocarril del Norte. Desplazó a su columna hacia Mombo apoyando a Deventer , mientras que las otras dos avanzaron rápidamente.  En Bwiko Kraut presentó batalla el 9 de junio, estabilizándose las posiciones alemanas en el río Lukigura, al norte de los montes Nguru. El rápido avance de 400 kilómetros condujo a un punto crítico el suministro de las tropas británicas, puesto que su cabecera ferroviaria más cercaba les quedaba  en Bwiko, a 150 kilómetros. Hubo que recurrir al racionamiento. 

El 20 de junio los alemanes abandonaron Kondoa Irangi, renunciando así a proteger el ferrocarril  Central. El 14 de julio Deventer estaba en disposición de reanudar la persecución, enfilando hacia Mpwapwa y destacando columnas menores hacia Dodoma. Siguiendo la línea ferroviaria Deventer prosiguió a finales de julio hasta Kilosa para reunirse con Smuts, que seguía peleando en los montes Nguru y en el Lukigura.

El 4 de julio los británicos habían tomado el puerto de Tanga, arrancándose la espina clavada desde el fiasco sufrido en el desembarco de noviembre de 1914. En el lago Tanganyka, los alemanes habían mantenido la supremacía hasta esa fecha gracias a la presencia del cañonero auxiliar Graf von Gotzen, de 1.500 toneladas y armado con cañones de 105 mm procedentes del crucero ligero Koenigsberg, embarrancado en los manglares del delta del río Rufiji a orillas del Índico, tras combatir contra cruceros ligeros, monitores y aviones británicos.  Le apoyaban los  pequeños cañoneros auxiliares  Kimgani (45 toneladas) y Hedwig von Wisman (60 toneladas)
MARINEROS ALEMANES DEL GRAF VON GOTZEN MANEJANDO UNA DE LAS PIEZAS ARTILLERAS  PROCEDENTES DEL DESGUACE DEL CRUCERO LIGERO KOENIGSBERG

Desde finales de 1915 habían tenido que enfrentarse a las lanchas motoras británicas Mimi y Toutou, bautizadas así por el excéntrico Spicer-Simpson, comandante de la flotilla británica del lago. A pesar de sus extravagantes nombres capturaron el 24 de diciembre al diminuto Kingani, rebautizado Fifi, y junto con él fueron capaces de combatir y hundir al Hedwig von Wisman del teniente  Odebrecht el 9 de febrero de 1916. El Graf von Gotzen fue dañado por un avión belga en junio cuando permanecía en el puerto de Kigoma y ya no salió del mismo. Cuando el avance por tierra de la tropas belgas y británicas amenazó el puerto, el comandante naval del distrito, Gustav Zimmer, ordenó que el cañonero fuera autohundido el 26 de julio de 1916. Asombrosamente, el Gotzen sería reflotado, vuelto a su condición original de transporte de pasajeros y con el nombre de MV Liemba y sigue prestando todavía hoy sus pacíficos servicios.

EL MV LIEMBA, EX-GRAF VON GOTZEN, SIGUE PRESTANDO SERVICIOS PACÍFICOS EN LA ACTUALIDAD (2017)

Mientras tanto la columna occidental rebasó Mjonga el 8 de agosto. Hacia el 17 de agosto después de una acción retardatoria los alemanes se retiraron; Lettow hacia Morongo con la mayoría de las tropas, y Kraut hacia Mehenge.  Por esas fechas Smuts  comprendió que sus oponentes no  iban a defender el ferrocarril Central a toda costa.

La 2º división de Deventer entró en Kilosa el  22 de agosto de 1916. Exhausta, pidió apoyo para rodear al enemigo. La 2º brigada montada de Enslin acudió en su apoyo. Ambas empujaron hacia el suroeste, a Mkata y Mlali en la sierra del Ulugurus, mientras Smuts penetraba en el este de la misma. El general boer  siguió  descartando la opción de un asalto frontal.

Las órdenes de Lettow el 26 de agosto establecieron las principales defensas al sur del Ulugurus, en las riberas del Mgeta. Su esperanza era atrapar destacamentos  británicos aislados, muy fraccionados y separados por el terreno escabroso. 


EL GENERAL  VON LETTOW-VORBECK (1870-1964), PRINCIPAL ARTÍFICE DE LA RESISTENCIA ALEMANA EN ÁFRICA ORIENTAL


El nuevo objeto de pugna fue la localidad de Kisaki, donde los alemanes tenían un depósito de 600 toneladas de pertrechos. Los ataques descoordinados, primero  de los británicos de la 3º división fracasó el 7 de septiembre, y al día siguiente el de los boers de la brigada montada de Nussey (ya sin monturas). El turno de ser rechazada le llegó los días 10-12 de septiembre a la 1º división de Hoskin, estacionada un poco más al este, entre otras cosas porque los contingentes vencedores anteriormente en Kisaki  reforzaron a sus  compañeros. De todos modos Lettow percibió que la presión  se estaba incrementando  más allá de lo prudente y decidió evacuar Kisaki  estableciendo una nueva base en Beho-Beho.

Por su parte Smuts consideraba que la persecución había llegado demasiado lejos de sus cabeceras ferroviarias y ordenó un alto a sus tres divisiones, intentando recuperar su logística. Para hacerse una idea de sus tremendos problemas de abastecimiento, de las 54.000 mulas, burros, caballos y bueyes usados para esta misión, a lo largo del verano de 1916, todos, salvo 600 cabezas,  fueron presa de las tsetse. Otro gravísimo problema eran las enfermedades entre los soldados, singularmente la malaria (3.127 casos) y la disentería, a pesar de algunos intentos de prevenirlos con insuficientes entregas de quinina y de redes mosquiteras para dormir.  El desgaste general se cobraba su precio; por ejemplo, de los 1.038 hombres del 2º regimiento de Rhodesia, al finalizar sus servicio en enero de 1917,  habían muerto en acción 36 hombres, resultaron heridos 84 y perecieron por enfermedades 32.

Dar-es-Salaam concentró al principio tropas de infantería, reforzadas por 6 cañones de 105 mm provenientes del pecio del crucero "Koenigsberg". Defendida por el capitán Loof, cayó finalmente ante una fuerza anfibia británica el 4 de septiembre de 1916, aunque los defensores se retiraron al Rufiji. La captura de Dar-es-Salaam  abría la oportunidad de emplear el ferrocarril Central para el  suministro de las huestes de Smuts. Los alemanes se había limitado a sabotear los puentes del ferrocarril y levantar algunos tramos en el tendido hacia Tabora, pero la mayor parte de la línea estaba más o menos intacta. Sin embargo, habría que esperar hasta  noviembre de 1916  para  restablecer el servicio ferroviario entre Dar-es-Salaam y Morogoro. Mientras tanto la lejana Mombasa se mantuvo como el punto de suministro básico de la fuerza británica.