7.9.14

PRIMERA CARTA DE LUDENDORFF: "OPERACIÓN MICHAEL"

La pareja Ludendorff-Hindenburg descargó  el 21 de marzo de 1918 su primer zarpazo en el Oeste. Recibió el  nombre clave de "Michael", y se desplegaría entre Croiselles y La Feré, aproximadamente el área del antiguo campo de batalla del Somme. La intención original era atacar a ambos lados de San Quintín, con la perspectiva de separar a los ingleses y franceses para combatirlos por separado, mediante ataques consecutivos.

Documento de apoyo. ORDEN SOBRE PRIORIDADES DE LA OPERACIÓN MICHAEL, EMITIDA POR EL ALTO ESTADO MAYOR  Y  APROBADA POR EL KAISER

Estarían involucrados en la empresa el  XVII ( norte ), II ( centro ) y XVIII ( sur ) ejércitos bajo el liderazgo de Below, Von der Marwitz, y Hutier, con unas 37 divisiones en el escalón delantero, que debían ser relevadas por las reservas en cuanto se iniciara la penetración. Como ya era característico en la evolución a nivel táctico del último año, el asalto fue precedido por un corto pero intenso bombardeo de 5 horas. Para ello se habían reunido 6.500 cañones en un frente de 80 kilómetros,  una nueva marca que superaba todo lo visto hasta entonces en la Guerra Mundial. Por descontado, la consecuencia fue una impresionante alfombra de hierro sobre las posiciones inglesas, transformada al final en una barrera rodante de fuego. Unos 730 aviones debían proporcionar una sombrilla aérea eficaz. Sobre el cielo, entre otras unidades destacaba la presencia del  siempre mortífero Jagdgeschwader I del Barón Rojo, que además vió ampliado su mando al Jagdgruppen 2.
 

Frente a ellos se oponían principalmente  el  3º ejército británico de Byng y el 5º de Gough.

A partir de las 9:35 entraron en acción los 3.500 morteros de proximidad reunidos para el apoyo inmediato, mientras los ingenieros plantaban por doquier cargas para quebrar las masas de alambre de espino. Era el momento de que las Sturmtruppen tomasen la delantera, al tiempo que el fuego de artillería disminuía y pasaba a ser de apoyo.

FOTO. STURMTRUPPEN PORTANDO SUS AMETRALLADORAS

Los primeros informes trasmitidos por Hutier y Von der Marwitz al cuartel  general avanzado en Avesnes eran muy favorables. Habían irrumpido hasta la segunda línea enemiga con bajas asumibles. Habían capturado a 21.000 ingleses en apenas 24 horas. En cambio la progresión de Below, más al norte, era lenta y con pérdidas significativas.

Ernst Junger, oficial de las Sturmtruppen, recordaba así la experiencia del día 22 de marzo en Vraucourt, cerca de Bapaume.

“Corrí  pues de un soldado a otro y aposté tiradores en los traveses. Las balas de los adversarios silbaban ahora sobre nuestras cabezas y hacían saltar la tierra del  talud de la trinchera. Uno del 76º con la fisonomía de un auténtico cargador de Hamburgo disparaba, si cubrirse la cabeza, una bala tras otra, hasta que hubo un gran estampido y se derrumbó cubierto de sangre con un tiro en la cabeza apoyada en el talud. Su ronco estertor resonaba a intervalos cada vez más largos, hasta que cesó del todo. Durante las últimas convulsiones expulsó orina. Yo estaba agachado junto a él y tomaba nota objetivamente de los hechos. (…) Lanzando un hurra que hubo de resonarles en los oídos a los Tommys fugitivos como una voz del juicio final, alcanzamos la carretera y disparamos contra el enemigo en fuga todo lo que las escopetas podían disparar. Una larga y densa alambrada los obligó a pasar cerca de nosotros, que estábamos de pie, con estruendosos hurras y fuego aniquilador, en la cuneta de la carretera. También habíamos montado al momento crepitantes ametralladoras. Yo estaba soltando maldiciones, ocupado con un encasquillamiento, cuando alguien me tocó el hombro.”


Ese día  Hutier siguió encabezando el avance, fragmentando de tal modo al 5º ejércitp británico que  Gough ordenó una retirada general hacia el Somme. Un contrataque con 25 tanques falló con la destrucción de 16 de ellos. En la mañana del 23 cayó Peronne, para enorme consternación de Haig. La retirada de Gough dejaba expuesto el flanco derecho del 3º ejército de Byng, muy presionado además por  las acometidas de Von der Marwitz. Una consecuencia simbólica de las nuevas adquisiciones alemanas fue el emplazamiento de cañones de largo alcance capaces de golpear París, que recibió ese mismo día 20 proyectiles que produjeron docenas de víctimas.

La consecuencia inevitable fue la retirada de Byng para no perder la conexión con el 5º ejército. Al cerrarse la jornada los alemanes acumulaban   hasta 20 kilómetros de progresión dentro del área inglesa; en cambio en el sector asignado al XVII ejército era de solo 6 kilómetros , y en  algunos puntos bastante menos. Era especialmente decepcionante el fracaso ante Arrás. De hecho Ludendorff priorizó los refuerzos a Below con la esperanza infundada de capturar la localidad, cediéndole 3 divisiones, unidades que tal vez habrían sido decisivas en manos de Hutier y Von der Marwitz. Asimismo  pidió al VI ejército de Von Quast que asistiera al vecino XVII ejército para aunar esfuerzos hacia Arrás. Las fuerzas aereas alemanas se apresuraron a ocupar los aeródromos evacuados por el enemigo. El día 26 de marzo Von Richthofen trasladó su centro de actuación a Lechelle, recien abandonada por el RFC británico.

La progresión de Von der Marwitz por el centro continuaba a buen ritmo, aunque Hutier se desviaba hacia el sur, a Noyon, en un indeseable movimiento divergente que daba un ligero respiro al acosado 5º ejército británico. Durante el consejo celebrado esa noche en Avesnes  Ludendorff expuso sus apreciaciones: " El objetivo es ahora separar a los franceses e ingleses mediante un rápido avance a ambos lados del Somme. El XVII y VI ejércitos, y más tarde el IV conducirán el ataque contra los británicos al norte del Somme, a fin de empujarlos al mar. Mantendrán el ataque en nuevos puntos en orden a barrer el frente británico"

FOTO COLUMNA ALEMANA DE SUMINISTROS A FINALES DE MARZO

El  día 24 las vanguardias alemanas atravesaron el Somme y el 25 de marzo estaban en Bapaume y Noyon. La amplitud del avance no tenía precedentes en el frente Occidental desde 1914. La tensión en Londres era enorme. Lloyd George recurrió a su embajador en Washington, Lord Reading, para suplicar al presidente Wilson que se acelerase el traslado de tropas americanas a Francia y que ordenara directamente a Pershing   que fueran integradas en brigadas mixtas con tropas británicas y francesas,  interviniendo lo antes posible; " No cabe duda de que la situación es crítica y que, si Estados Unidos se retrasa ahora, puede que llegue demasiado tarde" instruyó Lloyd  George al embajador. También  cargó las tintas sobre la supuesta incompetencia de Gough, que fue convertido en chivo expiatorio y destituido el 28 de marzo. En el gabinete de la guerra, el general Rawlinson intuía el alcance de la maniobra alemana si se perdía Amiens " resulta bastante claro que los boches pretenden llegar a Amiens y, si lo hacen, cortarán las comunicaciones entre el ejército británico y los puertos de Ruan y El Havre, además de separarnos del ejército francés". Pero, a pesar de la evidente y dura derrota sufrida, Rawlinson todavía confiaba en la capacidad de reacción de sus hombres y el cansancio del adversario " tendremos algunos combates reñidísimos, pero, aunque estemos en un aprieto, sé que daremos lo mejor de nosotros mismos. Las reservas de los boches no son ilimitadas"

Documento de apoyo. Captura de suministros aliados durante Michael, según Ernst Junger

En el otro bando, Guillermo II  estaba lo suficientemente eufórico como para condecorar a Hindenburg y Ludendorff con la Cruz de Hierro con distintivo amarillo y la Gran Cruz de la cruz de hierro. El premiado Hindenburg fue más parco en su entusiasmo: " ¿ Cual es el sentido de estas condecoraciones? Una buena y venturosa paz es lo que yo prefiriría"

Las tropas de Hutier desalojaron  el 27 de marzo a los franceses de Montdidier y amenazaron Amiens. La emergencia había obligado al fin a escoger  un Comandante en Jefe de todas las fuerzas aliadas del Oeste El escogido  en la conferencia de Doullens  fue el mariscal Foch,  inflexible en su decisión resistir. A una propuesta de Petain, que sugirió la conveniencia de una retirada, Foch respondió: " Debemos combatir frente a Amiens. Debemos quedarnos donde estamos ahora. Como no hemos podido contener a los alemanes en el Somme ¡ no debemos retirarnos ni un solo centímetro! " Por otro lado un angustiado Ludendorff comprobaba que la resistencia  británica en Arras seguía entorpeciendo sus intenciones de ampliar la ruptura hacia el norte. Seguía aferrándose a su planteamiento primitivo de que el ataque en el sur del Somme ( precisamente el que estaba teniendo éxito ) era subsidiario, y cuando quedó claro que las tropas en el saliente de Montdidier y el bosque de Moreuil necesitaban más refuerzos, optó  por seguir insistiendo en la lucha en torno Arras y desvió  las reservas para impulsar la operación "Mars" ( Marte ), en un intento supremo por entrar en esa  ciudad. Tampoco alcanzó su objetivo.

Al mismo tiempo los Aliados restañaban la brecha abierta entre los ejércitos ingleses y franceses en el saliente de Montdidier: el 30 de marzo las fuerzas del imperio británico reconquistaron la mayor parte del bosque de Moreuil y el 1 de abril el bosque del Fusil, un poco más al norte y que cubría el principal acceso a Amiens. Conscientes de la importancia de estas posiciones el 4 de abril los alemanes atacaron fieramente en Villers-Bretonneux, aldea junto a ambos bosques, pero en aquella jornada intervinieron en ayuda de los británicos hasta 5 divisiones francesas en la línea de Castel a Cantigny.

El día 5 de abril Ludendorff decidió suspender el avance en el Somme, considerando que no se podía sacar nada más en limpio de la maniobra. Reconocía  que a pesar de las considerables ganancias territoriales  las reservas enemigas habían conseguido taponar la brecha. Y la experiencias de los años anteriores demostraban que seguir insistiendo ene estos casos solo conducía a una desoladora batalla de desgaste que Alemania ya no se podía permitir. En ese aspecto Ludendorff se mostró mucho más perspicaz que sus colegas de ambos bandos en los años precedentes, cuando   estos se habían enfrentado a semejante dilema. Ahora que había arrastrado las reservas enemigas al Somme le convenía desviar el golpe hacia otro lugar.

Sus ojos se posaron de nuevo en Flandes, donde  iba a jugar la siguiente mano de esta partida decisiva. 

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