A finales
de 1917 se extendió la actividad de los rebeldes árabes hacia el sur de
Palestina. Jafar al Askari fue el encargado de las operaciones. Aparte de las milicias árabes, los Aliados habían puesto a su disposición algunos medios
actualizados, como una brigada de vehículos blindados, una escuadrilla de
aviación y una batería de cañones.
De momento, Lawrence consideraba más ventajoso puentear Maan, importante
estación ferroviaria poderosamente guarnecida por unos 6.000 soldados de
infantería turcos y un regimiento de caballería en el otoño de 1917. Era un blanco tentador pero estaba demasiado defendida para las capacidades de irregulares árabes que dirigía junto con Al Askari y el príncipe Faisal.
Después de
la conquista de Jerusalem en diciembre de 1917, los rebeldes árabes se habían
convertido de alguna manera en el “flanco derecho” del general Allenby. Asumiendo ese papel, pusieron su interés en los territorios de la denominada Transjordania, constituidos por las
tierras altas en la franja comprendida entre el Jordán y el desierto. Zayd, el
benjamín del jerife Hussayn, se apoderó de Shawbak, y el 15 de enero de 1918 de
Tafila ( aunque esta última fue disputada por los turcos hasta el 18 de marzo ).
En febrero
de 1918 Lloyd George propuso a Allenby reactivar la campaña en Palestina, buscando aprovechar el buen sabor de boca que había
producido en la opinión pública la toma de Jerusalem. No obstante el comandante
británico, antes de reanudar el avance hacia Galilea y Damasco prefería
despejar su flanco derecho capturando Amán, cerrando definitivamente el eje
ferroviario enemigo que conectaba con
Maan y Medina.
Por tanto,
la EEF ( Egiptian Expedicionary Force ) se puso en marcha hacia el este,
ocupando como paso preliminar Jericó el 21 de febrero. Entre el 8-12 de marzo
estuvo ocupada en levantar una pantalla defensiva en Wadi Auja con el fin de
prevenir interferencias de la artillería turca desde el norte. Los jefes de la EEF y de los hachemitas
elaboraron un complejo plan por intermediación del teniente coronel Alan
Dawnay, consistente en hostilizar Maan para facilitar el avance simultaneo de
la EEF contra Amán. Lawrence debía atraer a la tribu local de los Bani Sakhr a
la causa de los independentistas.
La actuación
del ejército de Al Askari sobre Maan fue un fracaso por los inesperados y
fuertes aguaceros. Con todo, debido a la lentitud de las
comunicaciones tradicionales, basadas en correos a caballo y palomas
mensajeras, la parte británica del plan siguió adelante lo mismo. El 21 de
marzo los destacamentos del EEF cruzaron el Jordán y empezaron el ascenso a través
de los senderos hacía las serranías y mesetas de la margen oriental. Al principio
las cosas perecían funcionar: la población de Al-Salt, de población mixta
cristiano-musulmana fue ocupada el 25 de marzo de manera incruenta, puesto que
el grupo Yildirim, ahora bajo la dirección de Liman von Sanders, prefirió
reagruparse sobre Amán, considerada el punto clave, puesto que su pérdida
supondría el cerco de los 20.000 soldados turcos acantonados en Medina y Maan.
Los británicos
se aproximaron lentamente, buscando dañar primero las infraestructuras de las
que dependía el ferrocarril, en este caso un túnel y un viaducto. Pero la marcha
del día 27 quedó entorpecida por las lluvias que ya había perjudicado la
maniobra contra Maan. El barro resbaladizo imposibilitaba el uso de carretas, y
hasta los camellos perdían la estabilidad. Los turcos, al ocupar posiciones
estáticas, padecían el problema a menor escala. Von Sanders desplegó 2.000
soldados turcos en las rutas de acceso a la ciudad provistos con 70
ametralladoras y 10 cañones protegidos en reductos. Las 3.000 tropas de la Commonwealth
que marchaban contra ellos vieron su apoyo artillero mermado por las
dificultades de movimiento sobre el lodo. Aparte de eso, las patrullas de
caballería turca se dedicaban a tareas de hostigamiento a orillas del Jordán. Por todo
ello el 30 de marzo se decidió la retirada hacia Jerusalem, abandonando incluso
Al-Salt. La fallida empresa le había costado a los británicos 200 muertos y un
millar de heridos.
Mientras, Faisal y sus hombres insistían sobre Maan. Concibieron un movimiento en tenaza
desde el norte y el sur, aprovechando la reducción de la guarnición que parcialmente había sido transferida a Amán. El 12 de abril los árabes rebeldes
atacaron la estación de Jarduna. Tras su ocupación Lawrence dinamitó el puente
ferroviario del lugar. El mismo día, la estación de Ghadir al Hajj, al sur de
Maan, fue asaltada por el grupo al mando de Nuri al Said, que demolió 5 puentes
y casi un kilómetro de trazado de ferrocarril. Con ello se interrumpía la
conexión con Medina. El 13 de
abril tomaron posiciones en las alturas de Simma, inmediatamente al oeste de
Maan. El 15 de abril se lanzó el asalto directo, prolongado durante cuatro
jornadas seguidas. Los habitantes de la ciudad se mostraron solidarios con los
turcos, temerosos de sufrir un saqueo a manos de los rebeldes, en una
muestra del contraste entre la actitud
de los árabes sedentarios frente a los nómadas que componían el grueso de las
fuerzas sitiadoras. El agotamiento de las municiones de la batería de
artillería francesa de cobertura restó potencia al asalto. Finalmente,
Al-Askari desistió aceptando un fracaso que le había costado 90 muertos y 200
heridos. No obstante, él y Faisal insistieron en varias arengas a sus hombres
que se trataba de un contratiempo temporal.
Los sucesos
de la “operación Michael” en el frente Occidental tuvieron su reflejo en la
campaña palestina. El 27 de marzo desde Whitehall ordenaron a Allenby que
pasara a una “defensa activa” y que preparase el traslado a Francia de 5
divisiones con unos 60.000 hombres, que abandonarían Palestina y Egipto dos
meses después. A cambio la EEF recibió contingentes de nuevos reclutas
procedentes de la India, a los que era menester adiestrar antes de poner en
acción. Este retraso suponía, como mínimo, suspender los movimientos ofensivos
hasta el otoño.
Allenby estaba descontento con el retraso, y planeó
una actuación antes del traslado definitivo de sus mejores unidades. Consistía
en una repetición del anterior ataque sobre Amán. Esta vez las unidades de
caballería Anzac debían asegurar los vados del Jordán y cubrir a la infantería
que ascendería por los 3 caminos principales que suben a la meseta de Amán.
Debían recuperar Al-Salt y despejar Shunat Nimrin de enemigos. Con la ayuda de
la tribu Bani Sakhl debían cortarse los senderos restantes, y más tarde,
marchar sobre Amán. El jefe de caballería del EEF, Harry Chauvel, desconfiaba
del plan temiendo que los alemanes dedujeran sus movimientos interceptando la
radiotelegrafía o por revelaciones indiscretas de los tornadizos beduinos de
Bani Sakhl.
No obstante,
el 30 de abril condujo a sus jinetes australianos a través del Jordán. Liman
von Sanders reaccionó velozmente y aquella misma mañana desplegó una brigada de
caballería liberada desde el Caúcaso y varios grupos de infantería alemana,
aprovechando un puente de pontones oculto que les permitía operar sobre ambas
orillas del río. Esta intervención hizo perder a los británicos todos los
caminos a Al-Salt menos uno. Los Bani Sakhr ni se presentaron ante Shunat
Nimrin. Tras cuatro días de lucha y temiendo ser cercados. Chauvel solicitó
permiso para replegarse, abandonando otra vez Al-Salt. El 4 de mayo todos los
supervivientes habían retornado al oeste del Jordán, pero al coste de 214
muertos y 1.300 heridos en la infructuosa expedición.
Los
turco-alemanes habían mostrado una elevada capacidad de recuperación, y Allenby
entendió que debía refrenar su ímpetu hasta pasado el verano, cuando sus tropas
de reemplazo estuviesen debidamente entrenadas.
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