18.8.15

RESTRUCTURACIÓN DE EUROPA ORIENTAL HASTA EL ESTÍO DE 1918




Tras el avance alemán  por Ucrania y ligeros enfrentamientos con algunas bandas bolcheviques concluyó la actividad militar propiamente dicha. Antes de mediados de marzo de 1918  las unidades más combativas habían sido transferidas al frente Occidental. No obstante las operaciones de redondeo proseguían. En mayo tropas de infantería y  el crucero de batalla Yavuz Sultan Selim ( antiguo Goeben )  habían ocupado Sebastopol, entre los restos abandonados de los acorazados predreadnought rusos. 

Desde la paz de Brest-Litovsk  las funciones del Oberost (  Mando militar supremo del Este ) fueron drásticamente reducidas y traspasadas a una agencia mixta germano-ucraniana con sede en Kiev dirigido por el general Groener para tratar de reunir todo el cereal posible. Los resultados de esta agencia fueron mediocres, debido a la ocultación y a la falta de entendimiento con los agricultores nativos. No obstante, algunas fuentes afirman que fueron enviados a Alemania y especialmente a Austria-Hungría algo más de un millón de toneladas de cereales ucranianos. 


FOTO. SKOROPADSKI CON VARIOS DE SUS ASESORES

El 29 de abril un golpe de estado puso al frente de Ucrania al hetman Pavlo Skoropadski, deponiendo a los nacionalistas republicanos que habían detentado el poder hasta ese momento. Aunque el hetman otorgó un nuevo impulso a la administración civil haciéndola salir de la confusión, pronto fue tildado de rusófilo y de preservar los intereses de los terratenientes agrarios.


FOTO. EL KÁISER CON SKOROPADSKI

En los territorios del Báltico se siguió el mismo procedimiento. Fueron puestas bajo un control directo del Alto Estado Mayor a través del  VIII ejército alemán del general Gunther von Kirchbach, cuyo jefe de estado mayor, el teniente coronel Frantz, era un hombre de confianza de Ludendorff. Posteriormente Kirbach se haría cargo de las tropas del grupo de ejércitos de Kiev, tras el asesinato del general  Eichhorn el 29 de julio. Tomó el mando del VIII ejército Hugo von Kathen, que instaló su cuartel general en Dorpat. En la Rusia Blanca permanecía el X ejército de Von Falkenhayn, con sede en Minsk.




El 1 de mayo el jefe del Oberost, Max Hoffmann, trasladó su sede a Kovno junto con el departamento administrativo . Desde su choque con Ludendorff  a principios del año, después de  desaconsejar al káiser anexiones a gran escala en el Este de Europa, Hoffmann había visto sus responsabilidades mermadas. Él y su estado mayor tenían ahora poca actividad entre sus manos. Sin embargo, las noticias procedentes de la Rusia sacudida por la revolución bolchevique perturbaban esta aparente calma. Aún era necesario mantener una pantalla de tropas para ahuyentar a los grupos bolcheviques de la frontera.
En agosto de 1918 permanecían todavía desplegadas en los territorios orientales 37 divisiones alemanas, apoyadas por siete divisiones austrohúngaras en Ucrania bajo la dirección de Krauhs.

Aunque por un lado el evidente desplome del poder ruso por muchos años resultaba gratificante, las noticias de las matanzas, robos y confiscaciones en el nuevo estado soviético perturbaban a muchos oficiales alemanes. Hoffmann entró en contacto con algunos representantes rusos contrarrevolucionarios, y respaldó la opinión del comandante Schubert, agregado militar en Moscú, de una acción decisiva para derribar a los bolcheviques y establecer un nuevo gobierno. No parecían necesarias muchas tropas, teniendo en cuenta que de momento Lenin y Tortsky solo contaban con los batallones de tiradores letones  e improvisados destacamentos de la Guardia Roja  formados por obreros y elementos de catadura dudosa. 



En los territorios bálticos las autoridades germanas de ocupación ensayaron distintas fórmulas de autonomía o de embrión de estados-clientes.

En el caso de Lituania se había autorizado una conferencia de Vilna en septiembre de 1917 , que eligió un Consejo de 20 miembros,  dotado de poderes ejecutivos. Este Consejo intentó publicar el Acta de Independencia de Lituania que había aprobado el 16 de febrero de 1918, con un sistema republicano independiente . Los alemanes, no reconocieron tal declaración. Para evitar una  posible incorporación a Alemania, los lituanos del Consejo de Estado encabezados por Smetona y Saulys escogieron a Wilhelm von Urach, conde de Württemberg, como  rey, con el nombre de Mindaugas II, en julio de 1918. Paradójicamente  esta opción tampoco fue aprobada por las autoridades alemanas, y Mindaugas II  ni siquiera pudo visitar el país, aunque aprendió velozmente rudimentos del idioma local.
FOTO. MINDAUGAS II

 En la Livonia ( provincia oriental de Letonia) bajo control ruso, el Consejo Nacional Letón se proclamó el 16 de noviembre de 1917 y se declaró una provincia letona autónoma siguiendo las  fronteras étnicas el 30 de ese mes. La República independiente letona se creó el 15 de enero de 1918. Tras la revolución rusa, las tropas alemanas avanzaron desde las ocupadas Kurlandia y Riga ( provincias occidental y central de Letonia), y al terminar el mes de febrero de 1918 controlaban completamente Livonia y Estonia. Con el tratado de Brest-Litovsk, Rusia aceptó la perdida de Kurlandia y, por los acuerdos de agosto de 1918, también la de Livonia y Estonia.

 El proyecto del Gran Ducado de Livonia o Ducado Báltico Unido ("Vereinigtes Baltisches Herzogtum"),  preveía crear un ducado de Kurlandia y un ducado de Estonia y Livonia, unidos de manera personal con la corona de Prusia y regidos por el “Oberbefehlshaber der gesamten Deutschen Streitkräfte im Osten”, o Comando Supremo de todas las Fuerzas Alemanas en Oriente, que incluía todo el personal militar y administrativo que controlaba los territorios ocupados. Debía ser una prolongación más bien administrativa del anterior Oberost militar.

Más al norte, en la zona que permanecía bajo control ruso, la revolución de marzo de 1917 había creado el gobierno autónomo de Estonia el 12 de abril de 1917 a partir de la antigua provincia zarista de Estonia y la de Livonia. Tras la revolución de Noviembre, la Asamblea Provincial Estonia se declaró  poder soberano en Estonia el 28 de noviembre de 1917.  El 24 de febrero de 1918, un día antes de la entrada de las tropas alemanas, se declaró la independencia de Estonia.

Paralelamente a estos acontecimientos la administración alemana, junto a los alemanes nativos del Báltico, comenzaron a organizar consejos provinciales entre septiembre de 1917  y marzo de 1918. 

Entre el 8 de marzo y el 12 de abril de 1918, el "Kurländische Landesrat "y el "Vereinigter Landesrat" de Livlandia, Estlandia, Riga, y Ösel, se declararon independientes, formando el ducado de Kurlandia ( "Herzogtum Kurland" ) y el Ducado Báltico ("Baltischer Staat"). 

El 12 de abril de 1918, una asamblea provincial formada por 35 alemanes bálticos, 13 estonios y 11 letones formularon una resolución en la que solicitaban al káiser que reconociera las provincias del Báltico como una monarquía y que las convirtiera en protectorado. Ambos estados proclaman su unión personal con el reino de Prusia, aunque el gobierno germano nunca reconoció este hecho, si bien  fueron reconocidos nominalmente como estados soberanos por el káiser Guillermo II el 22 de septiembre de 1918.

Aguas arriba del río Dvina, el 25 de marzo fue proclamada la república nacional de Bielorrusia bajo el liderazgo del presidente Jan Sierada, un antiguo coronel, que reclutó un pequeño ejército de 11.000 hombres dirigidos por el general Paval Zhauryd bajo supervisión alemana.

En el transcurso de la primavera de 1918 el nuevo gobierno bolchevique había perdido el control de ingentes zonas del antiguo imperio ruso. Aparte de las entregadas a las Potencias Centrales y los poderes nacionalistas tutelados por estas,  el jefe de los cosacos del Don, Krasnov, aclamado por sus hombres el 11 de mayo, en colaboración con el general Denikin se había hecho con el dominio de las zonas al sur del Volga, dificultando el abastecimiento de Moscú. La lucha en torno a la estratégica ciudad de Tsaritsin ( actual Volgogrado) se alargaría varios meses.

Trotski había ordenado el desarme de los legionarios checos, pero estos se rebelaron y a primeros de junio de 1918 dominaba un amplio tramo del ferrocarril Transiberiano y las zonas adyacentes, singularmente el sur de los Urales. La actividad de la Legión Checa aportaba otra incertidumbre, puesto que la escasa información exageraba su potencia y se temía que pudiese formar un gobierno reconciliado con los Aliados que reabriera el frente Oriental.  En la ciudad de Samara se instaló un gobierno alternativo de Social-Revolucionarios y liberales, el Komuch, bajo la protección de los checos. La captura de Kazán proporciono activos en oro procedentes del banco imperial ruso. 

En Omsk, Siberia, había otro gobierno de los blancos presidido por el almirante Kolchak, antiguo jefe de la flota del Mar Negro. 

Respecto a los puertos de Murmansk y Arcángel los anglofranceses pensaban usarlos para su acariciado propósito de reactivar el frente Oriental ante la presión de las ofensivas alemanas de primavera ( “las cartas de Ludendorff” ) en el frente Occidental.

Se pensaba en permitir la intervención japonesa, obteniendo el visto bueno previo de EE.UU, en el área Vladivostok-Siberia. En principio se trataría de recuperar el control sobre los almacenes de suministros bélicos e impedir que no fueran usados por los bolcheviques.El ministro de exteriores japonés, Ichiro conversó con el embajador norteamericano, Morris, para obtener vía libre. Pero salió a la palestra la cuestión de la integridad territorial de Rusia, y el temor a que estas acciones de Tokio facilitaran un acercamiento entre Berlín y Moscú. Además, de rebote, podían poner en cuestión la política de “puertas abiertas” hacia China ardientemente defendida por Washington desde principios de siglo.

Wilson y Lansing solo respaldaron una acción coordinada que “debía llevarse a cabo mediante la cooperación internacional y no por parte de una sola potencia que actuase como mandataria de las demás”.

Las noticias (falsas) de que los finlandeses nacionalistas armados por Alemania estaban cerca de Murmansk a finales de febrero de 1918 llevaron al comisario de defensa soviético de guerra, Trotski, a autorizar al soviet local para que aceptara la ayuda de las misiones aliadas. El 6 de marzo de 1918 desembarcaron 200 infantes anglofranceses.

El riesgo político de pérdida de apoyos para Wilson por el debate que suscitaría la intervención. No obstante autorizó el envío del crucero “Olympia”. Los proyectos ingleses pasaban por una marcha desde el norte y desde Vladivostok-Siberia. Para conseguir el apoyo de Wilson los supeditaron a un proyecto interaliado con los japoneses. En Vladivostok desembarcaron 500 japoneses tras un incidente a primeros de abril. El comisario de exteriores soviético Chicherin exigió el 5 de abril aclaraciones sobre las intenciones de los Aliados.

El 8 de abril fue presentado un borrador inglés al Consejo Supremo de la Guerra Aliado para proteger el material de los puertos del Ártico, pero fue vetado por Bliss, el representante norteamericano. El 15 de abril los ingleses insistieron con un proyecto propio, que implicaba a los 70.000 miembros de la Legión Checa. Los británicos preveían trasladar al norte a 20.000 de ellos. El 2 de mayo el Consejo Supremo aprobó la fórmula. La postura de EE.UU a una acción en la costa ártica fue más receptiva, en palabras de Lansing. Pero el 20 de mayo Wilson siguió oponiéndose a una intervención, argumentando que detraería recursos vitales del frente Occidental en un momento tan delicado como la lucha en el Marne. En esta opinión era aconsejado por el Jefe del Estado Mayor del ejército norteamericano, March.

Los británicos insistieron por boca del ministro de Exteriores Balfour el 28 de mayo en la intervención en Rusia, pero condicionada a la unidad de los Aliados.

El 1 de junio Lansing y Wilson acordaron participar si Foch daba su visto bueno a la “distracción” de recursos. El 3 de junio lo avaló el Consejo y finalmente el día 15 lo hizo Foch. Pero Wilson solamente autorizó la aportación de tres batallones con 5.700 hombres en total.

Así, a todo el litoral del Mar Blanco fueron llegaron paulatinamente desde marzo de 1918 contingentes de la marina inglesa, totalizando unos 15.000 hombres, supuestamente para proteger los depósitos de armamento entregados como ayuda, y colaborando con los 7.000  milicianos rusos blancos al mando del general Miller. También llegaron progresivamente cañoneros de la clase Fly e Insect, y monitores del tipo M, para asegurar el control de los ríos Dvina, Yomtsa, Vaga y Onega.


El 17 de julio guardias rojos asesinaron al zar Nicolás II y su familia en Ekaterimburgo, en los Urales, donde permanecían detenidos, al aproximarse tropas del bando blanco. Así pagó el zar  con su vida y la de su familia el error cometido en el verano de 1914.




1.8.15

LA DISPUTA POR EL VALLE DEL JORDÁN Y EL EJE FERROVIARIO DAMASCO-MAAN

 A  finales de 1917 se extendió la actividad de los rebeldes árabes hacia el sur de Palestina. Jafar al Askari fue el encargado de las operaciones. Aparte de las milicias árabes, los Aliados habían puesto a su disposición algunos medios actualizados, como una brigada de vehículos blindados, una escuadrilla de aviación y una batería de cañones.

De momento, Lawrence  consideraba más ventajoso puentear Maan, importante estación ferroviaria poderosamente guarnecida por unos 6.000 soldados de infantería turcos y un regimiento de caballería en el otoño de 1917. Era un blanco tentador pero estaba demasiado defendida para las  capacidades de irregulares árabes que dirigía junto con Al Askari y el príncipe Faisal.


Después de la conquista de Jerusalem en diciembre de 1917, los rebeldes árabes se habían convertido de alguna manera en el “flanco derecho” del general Allenby.  Asumiendo ese papel,  pusieron su interés en los territorios de la  denominada Transjordania, constituidos por las tierras altas en la franja comprendida entre el Jordán y el desierto. Zayd, el benjamín del jerife Hussayn, se apoderó de Shawbak, y el 15 de enero de 1918 de Tafila ( aunque esta última fue disputada por los turcos hasta el 18 de marzo ).


En febrero de 1918 Lloyd George propuso a Allenby reactivar la campaña  en Palestina, buscando  aprovechar el buen sabor de boca que había producido en la opinión pública la toma de Jerusalem. No obstante el comandante británico, antes de reanudar el avance hacia Galilea y Damasco prefería despejar su flanco derecho capturando Amán, cerrando definitivamente el eje ferroviario  enemigo que conectaba con Maan y Medina.


Por tanto, la EEF ( Egiptian Expedicionary Force ) se puso en marcha hacia el este, ocupando como paso preliminar Jericó el 21 de febrero. Entre el 8-12 de marzo estuvo ocupada en levantar una pantalla defensiva en Wadi Auja con el fin de prevenir interferencias de la artillería turca desde el norte.  Los jefes de la EEF y de los hachemitas elaboraron un complejo plan por intermediación del teniente coronel Alan Dawnay, consistente en hostilizar Maan para facilitar el avance simultaneo de la EEF contra Amán. Lawrence debía atraer a la tribu local de los Bani Sakhr a la causa de los independentistas.


La actuación del ejército de Al Askari sobre Maan fue un fracaso por los inesperados y fuertes aguaceros. Con todo, debido a la lentitud de las comunicaciones tradicionales, basadas en correos a caballo y palomas mensajeras, la parte británica del plan siguió adelante lo mismo. El 21 de marzo los destacamentos del EEF cruzaron el Jordán y empezaron el ascenso a través de los senderos hacía las serranías y mesetas de la margen oriental. Al principio las cosas perecían funcionar: la población de Al-Salt, de población mixta cristiano-musulmana fue ocupada el 25 de marzo de manera incruenta, puesto que el grupo Yildirim, ahora bajo la dirección de Liman von Sanders, prefirió reagruparse sobre Amán, considerada el punto clave, puesto que su pérdida supondría el cerco de los 20.000 soldados turcos acantonados en Medina y Maan.
Los británicos se aproximaron lentamente, buscando dañar primero las infraestructuras de las que dependía el ferrocarril, en este caso un túnel y un viaducto. Pero la marcha del día 27 quedó entorpecida por las lluvias que ya había perjudicado la maniobra contra Maan. El barro resbaladizo imposibilitaba el uso de carretas, y hasta los camellos perdían la estabilidad. Los turcos, al ocupar posiciones estáticas, padecían el problema a menor escala. Von Sanders desplegó 2.000 soldados turcos en las rutas de acceso a la ciudad provistos con 70 ametralladoras y 10 cañones protegidos  en reductos. Las 3.000 tropas de la Commonwealth que marchaban contra ellos vieron su apoyo artillero mermado por las dificultades de movimiento sobre el lodo. Aparte de eso, las patrullas de caballería turca se dedicaban a tareas de hostigamiento a orillas del Jordán.  Por todo ello el 30 de marzo se decidió la retirada hacia Jerusalem, abandonando incluso Al-Salt. La fallida empresa le había costado a los británicos 200 muertos y un millar de heridos.




MAPA.  LA PALESTINA TURCA Y EL FERROCARRIL DAMASCO-MEDINA


Mientras, Faisal y sus hombres insistían sobre Maan. Concibieron un movimiento en tenaza desde el norte y el sur, aprovechando la reducción de la guarnición que parcialmente había sido transferida a Amán. El 12 de abril los árabes rebeldes atacaron la estación de Jarduna. Tras su ocupación Lawrence dinamitó el puente ferroviario del lugar. El mismo día, la estación de Ghadir al Hajj, al sur de Maan, fue asaltada por el grupo al mando de Nuri al Said, que demolió 5 puentes y casi un kilómetro de trazado de ferrocarril. Con ello se interrumpía la conexión con Medina. El 13 de abril tomaron posiciones en las alturas de Simma, inmediatamente al oeste de Maan. El 15 de abril se lanzó el asalto directo, prolongado durante cuatro jornadas seguidas. Los habitantes de la ciudad se mostraron solidarios con los turcos, temerosos de sufrir un saqueo a manos de los rebeldes, en una muestra  del contraste entre la actitud de los árabes sedentarios frente a los nómadas que componían el grueso de las fuerzas sitiadoras. El agotamiento de las municiones de la batería de artillería francesa de cobertura restó potencia al asalto. Finalmente, Al-Askari desistió aceptando un fracaso que le había costado 90 muertos y 200 heridos. No obstante, él y Faisal insistieron en varias arengas a sus hombres que se trataba de un contratiempo temporal.



Los sucesos de la “operación Michael” en el frente Occidental tuvieron su reflejo en la campaña palestina. El 27 de marzo desde Whitehall ordenaron a Allenby que pasara a una “defensa activa” y que preparase el traslado a Francia de 5 divisiones con unos 60.000 hombres, que abandonarían Palestina y Egipto dos meses después. A cambio la EEF recibió contingentes de nuevos reclutas procedentes de la India, a los que era menester adiestrar antes de poner en acción. Este retraso suponía, como mínimo, suspender los movimientos ofensivos hasta el otoño.


Allenby  estaba descontento con el retraso, y planeó una actuación antes del traslado definitivo de sus mejores unidades. Consistía en una repetición del anterior ataque sobre Amán. Esta vez las unidades de caballería Anzac debían asegurar los vados del Jordán y cubrir a la infantería que ascendería por los 3 caminos principales que suben a la meseta de Amán. Debían recuperar Al-Salt y despejar Shunat Nimrin de enemigos. Con la ayuda de la tribu Bani Sakhl debían cortarse los senderos restantes, y más tarde, marchar sobre Amán. El jefe de caballería del EEF, Harry Chauvel, desconfiaba del plan temiendo que los alemanes dedujeran sus movimientos interceptando la radiotelegrafía o por revelaciones indiscretas de los tornadizos beduinos de Bani Sakhl.
No obstante, el 30 de abril condujo a sus jinetes australianos a través del Jordán. Liman von Sanders reaccionó velozmente y aquella misma mañana desplegó una brigada de caballería liberada desde el Caúcaso y varios grupos de infantería alemana, aprovechando un puente de pontones oculto que les permitía operar sobre ambas orillas del río. Esta intervención hizo perder a los británicos todos los caminos a Al-Salt menos uno. Los Bani Sakhr ni se presentaron ante Shunat Nimrin. Tras cuatro días de lucha y temiendo ser cercados. Chauvel solicitó permiso para replegarse, abandonando otra vez Al-Salt. El 4 de mayo todos los supervivientes habían retornado al oeste del Jordán, pero al coste de 214 muertos y 1.300 heridos en la infructuosa expedición.
Los turco-alemanes habían mostrado una elevada capacidad de recuperación, y Allenby entendió que debía refrenar su ímpetu hasta pasado el verano, cuando sus tropas de reemplazo estuviesen debidamente entrenadas.